Alarmante aumento de conductores gallegos en prisión: un 20% más en un año
A cierre de 2024 eran 171 los gallegos en prisión por una infracción penal vial como delito principal, un 70% más en una década | El repunte en Galicia es 10 puntos superior a la media

Agentes de la Guardia Civil de Tráfico durante un control de alcoholemia. | Iñaki Osorio
Diciembre de 2007 marcó un punto de inflexión en la seguridad vial en España. Esa fecha dio un vuelco al catálogo de sanciones por infracciones al volante al tipificar como delito las conductas graves en carretera con un objetivo claro: disuadir de comportamientos que ponen en riesgo no solo a uno mismo sino al resto de conductores. La mayoría de las condenas a delincuentes viales se resuelven con una multa o una condena a trabajos en beneficio de la comunidad, además de la retirada del carné de uno a cuatro años. Pese a que el ingreso en la cárcel es excepcional para las infracciones penales en carretera —se aplica para los casos más graves (homicidios) y a multirreincidentes—, los gallegos presos por un delito de tráfico aumentaron en el último año un 20%. Se pasó de los 142 conductores que a 31 de diciembre de 2023 cumplían condena en Galicia por un delito de tráfico como condena principal a 171 el año pasado, según datos de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. Pero el porcentaje se dispara hasta el 70% si se compara con las cifras de reclusos viarios hace una década, cuando se movían en el centenar, según detallaba entonces la Fiscalía de Seguridad Vial.
Si se tiene encuentra la población reclusa en Galicia que tiene en su historial algún delito contra la seguridad vial, la cifra se elevaba al cierre de 2024 a 405 condenados, una cifra que supone casi un 13% del conjunto de presos en los penales de la comunidad. La tendencia ha sido al alza a lo largo de los últimos años, pasando de situarse en un 10% a sobrepasar en 2023 esa barrera (12%).
Detrás de este repunte de la población reclusa por delitos viarios está la reincidencia: conductores que acumulan varias sentencias por conducir sin carné, hacerlo bajo los efectos del alcohol y/o las drogas o circular de manera temeraria, o bien por la suma de otras condenas por delitos ajenos a la seguridad vial. La multirreincidencia es el factor clave de los reclusos en prisión por delitos en carretera. Las infracciones penales por las que un automovilista suele acabar entre rejas son la conducción sin carné o con el permiso sin vigencia (de tres a sis meses) —suponen más de la mitad de los presos por delitos viarios—, la conducción temeraria (de seis meses a dos años) —suman casi el 17%—, la conducción de una tasa de alcohol superior a 0,60 o bajo la influencia de las drogas, ambos castigados con una pena de entre tres y seis meses, —un 16,5%—.
En el conjunto nacional, los delitos en carretera también llevan a cada vez más conductores a prisión, aunque el aumento no es tan acusado como ocurre en las cárceles de Galicia. En 2024 cumplían condena en España —sin contar País Vasco y Cataluña, que tienen las competencias en materia de prisiones transferidas— casi 1.200 automovilistas con el delito de tráfico como el principal de su condena, un 10% más que un año atrás. Este volumen representa apenas el 3% del total de población reclusa frente al 5,3% que suponen en Galicia. En el caso de los condenados que tienen en su historial alguna infracción penal en carretera, la cifra roza los 4.000, un 4% más en un año. Este último perfil representa el 8% de los internos en España, frente a casi el 13% que suman en la comunidad gallega.
Este balance en Galicia y el conjunto de los penales de la Administración General del Estado (AGE) coloca en el punto de mira a la comunidad gallega, que ya suma el 14% de la población penada con algún delito de tráfico en España —excluyendo los datos de Euskadi y Cataluña—. Son ya cuatro puntos más en solo un año.
Expertos en seguridad vial advierten de que pese a los esfuerzos por fomentar la seguridad vial, el impacto de las infracciones graves sigue siendo relevante dentro del sistema penitenciario. Las cifras —sostienen— ponen de manifiesto la persistencia de conductas que ponen en riesgo la seguridad en las carreteras y suponen un desafío para las políticas de prevención. Aunque las penas de prisión tienen un efecto disuasorio, Tráfico y Prisiones ven necesario reforzar enfoques alternativos como programas de educación vial, talleres de concienciación y medidas de rehabilitación para los infractores reincidentes.
Las claves de los expertos para frenar los delitos al volante
En comisiones, congresos, foros y reuniones, expertos y autoridades en seguridad vial llevan años poniendo sobre la mesa la necesidad de cambiar políticas para cambiar comportamientos al volante. Cinco son las claves en las que se ha empezado a trabajar para llegar al objetivo cero víctimas. Por un lado, lograr reducir la reincidencia con programas efectivos de rehabilitación y reincidencia. En segundo lugar, reforzar la formación vial desde la infancia y promover un cambio cultural en la percepción de estos delitos. Como tercer punto, el uso de tecnologías avanzas. La cuarta clave, mejorar las infraestructuras. Y como quinta, una mayor colaboración institucional para promover soluciones que combinen prevención, multa y reinserción.
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