La ruta de senderismo en Galicia que tiene a los viajeros fascinados: entre bosques, cascadas y ríos mágicos

Practicar senderismo, sin importar el nivel, la compañía o la edad, tiene claros beneficios para la salud según la ciencia. Reduce las emociones negativas, mejora los patrones de sueño, aumenta la creatividad y ayuda a quemar calorías, entre otras cosas. Lo mejor de este deporte es que puede llevarse a cabo por cualquier persona y en cualquier momento del año. Lo único que importa es buscar la ruta adecuada, calzarse las deportivas y ponerse en marcha. Hoy exploramos una ruta que tiene a los senderistas enamorados.

Entre bosques y cascadas de cuento de hadas nos topamos con Pazos, en el concello de Silleda, Pontevedra. Aquí podremos permitirnos admirar un precioso pueblo gallego antes de comenzar con nuestra ruta que finaliza en la impresionante Fervenza do Toxa. Para alcanzar a observar este espectáculo de la naturaleza, debemos tomar el sendero que parte del Monasterio de Carboeiro, que merece una visita antes de echarse a andar, pues se trata de un edificio de la época románica que está en parte recuperado.

Miradores que dan al paraíso

A lo largo del camino podremos contemplar las preciosas y variadas vistas que ofrece el entorno a través de los diversos miradores que hay repartidos por la zona. Aunque el mirador más impresionante es el que se ubica en lo alto del valle, que ofrece una panorámica espectacular hacia la cascada, así como a la confluencia del río Toxa y el Deza. Bajo el mirador, un canal de agua atraviesa la roca creando pequeños túneles que, si bien son preciosos a la vista, no pueden visitarse por su peligrosidad.

Además, el invierno es la temporada perfecta para realizar la ruta, puesto que, al ser una época de lluvias, el río aumenta su caudal hasta su máximo esplendor, siendo también el principal alimento de la cascada. El Toxa nace al sur de Silleda, a casi 600 metros de altitud entre A Serra das Penas y Monte Chamor, y está conformado por la unión de varios arroyos. A pesar de su pequeño tamaño, en su recorrido de quince kilómetros atraviesa terrenos muy suaves hasta confluir con el Deza, donde nace la 'fervenza' (cascada en gallego).

Una cascada de cuento

Es entonces cuando cae 30 metros y da forma al inmenso paisaje de su alrededor. Desde el mirador podemos continuar el sendero hasta una pista que desciende hacia el corazón de la cascada, atravesando bosques de alcornoques, castaños y un árbol muy curioso que recibe el nombre de 'amorodeira'. Desde abajo obtenemos una imagen aún más bella de la Fervenza do Toxa, que cuenta con una pequeña área recreativa en la que se reparten mesas para hacer un pequeño pícnic o simplemente descansar un poco.

Entre lluvias y nieblas, el entorno adquiere un punto místico y mágico que mejora aún más la calidad de la experiencia. Tanto si escoges el sendero que parte del monasterio como si decides seguir otro, encontrarás caminos sencillos que poder realizar en familia y sin ningún tipo de presión. La única regla es disfrutar, pasarlo bien y respetar la naturaleza que presenciemos en el tiempo que dure nuestra ruta. No olvides llevarte tu basura para tirarla en papeleras o contenedores.