Entrevista | Emma Martínez Presidenta de la Asociación Galega de Inmobiliarias (Agalin)
«De aquí a seis años se acrecentará todavía más el problema del acceso a la vivienda»
Santiago acoge desde ayer el VI Congreso Inmobiliario de Galicia, que organiza la Asociación Galega de Inmobiliarias (Agalin). La cita llega en un contexto convulso, donde los problemas para acceder a una vivienda se han convertido ya en una de las principales preocupaciones de los gallegos, una realidad que las agencias conocen de primera mano: «Somos los más interesados en poder ayudar»

Emma Martínez, presidenta de Agalin. / L. O.
Mateo G. Triñanes
Hoy se clausura el VI Congreso Inmobiliario de Galicia. ¿Cuáles han sido los principales tema puestos sobre la mesa y qué espera del encuentro?
Realmente para nosotros, para Agalin, el Congreso es como nuestra fiesta. Es el momento en el que nos reunimos todos los socios con gente del sector para compartir conocimientos. Debatiremos sobre la Ley de Vivienda y hacia donde tienen que ir las medidas a nivel estatal para solventar el problema de la vivienda, sobre lo que suponen las viviendas de uso turística, inversión inmobiliaria...
La creciente preocupación por el acceso a la vivienda está atrayendo muchas miradas hacia el sector inmobiliario.
La verdad que estamos tan preocupados como el resto de la gente por el problema de accesibilidad a la vivienda. Indudablemente, si no hay vivienda suficiente para todo el mundo que la necesita, tanto en venta como en alquiler, nosotros también tenemos un problema. Al final, nuestras agencias están a pie de calle testeando los problemas reales que tienen muchas familias para poder alquilar un piso. Somos los primeros interesados en poder ayudar y cuando ves que siempre se acaban quedando fuera los más desprotegidos, también lo vemos injusto y nos gustaría poder darles soluciones.
El problema que subyace detrás de la situación del mercado residencial es la falta de oferta. ¿Qué haría falta para volver a atraer al promotor privado hacia la construcción de vivienda asequible?
La Xunta ahora sí está en ese punto de facilitar suelo y apostar por las promociones de protección autonómica. Mejor tarde que nunca, pero hay que tener en cuenta que en la promoción de un edificio, desde el inicio hasta que se entregan las viviendas, pasan muchos años. Indudablemente necesitamos esa liberalización del suelo, de licencias y de ayudas que se están produciendo tanto a nivel autonómico como municipal, pero de aquí a seis años lo único que va a pasar es que se acreciente todavía más el problema. Son medidas a medio y largo plazo que deben ir acompañadas de otras a corto como la movilización de la vivienda vacía ya existente.
Se habla de hasta medio millón en la comunidad.
Hemos visto esos datos del INE y no estamos muy de acuerdo. Los profesionales del sector no sabemos de dónde han sacado el dato porque nosotros no las vemos. Ahora bien, sí es cierto que hay mucha vivienda vacía. El problema es que la mayoría no están en las ciudades o las áreas metropolitanas y necesitan rehabilitación. Hay que apostar porque esos propietarios puedan rehabilitar esas viviendas para que puedan terminar ampliando el mercado.
Ahora que las administraciones sí están apostando por la vivienda protegida y otras medidas en el sentido de ampliar la oferta, ¿qué importancia le dan a la colaboración público-privada para abordar la crisis habitacional?
Nos parece fundamental. Las administraciones no construyen. Por ello es necesario que la relación de colaboración sea lo mejor posible con promotoras y constructoras. Con respecto a las agencias inmobiliarias, en muchas ocasiones nos están pidiendo ese feedback para ver que medidas pueden ser más o menos efectivas.
Concellos como A Coruña y Santiago han iniciado trámites para ser declarados como zonas de mercado residencial tensionado. Una medida a la que es contraria la Xunta. ¿Cree que en el caso del alquiler esa medida podría ayudar a reducir los precios? ¿Cuál sería su impacto en el mercado de ambas ciudades?
Si se declaran zonas tensionadas, indudablemente va a haber un ajuste de precios. De lo que tenemos miedo es de que esa medida retraiga aún más la oferta. Es decir, va a haber viviendas más baratas pero igual hay mucho propietario que decide no ponerla en alquiler porque no le van a dar lo que él considera que vale.
Otro asunto que puede también estar retrayendo la oferta son las viviendas de uso turístico. Diferentes concellos están ya regulándolas para establecer limitaciones...
Así es, Santiago ha sido el primero y un estudio que hicimos en enero señala que las limitaciones a las VUT han traído ya un aumento de la oferta. El problema radica en que las viviendas que estaban con uso turístico están en un estado de reforma y conservación muy alto. Entonces, el precio que esos propietarios van a pedir, al pasar al mercado tradicional, siempre va a estar en los rangos más altos. Además, volvemos a lo anterior, si se limita el precio, quizá en lugar de pasar las viviendas al alquiler tradicional prefieran venderlas.
En este sentido, la conselleira de Vivenda apunta al miedo a la ‘inquiokupación’ como el principal escollo para la entrada de nuevos inmuebles al mercado del alquiler. ¿Existe realmente ese temor?
Es cierto que en Galicia los casos de inquiokupación no son tantos. Bien es cierto que este es uno de los mayores miedos que tienen los propietarios. El objetivo de la Ley de Vivienda de dar protección a las familias en situación de vulnerabilidad. Por desgracia, ha conseguido el efecto contrario que es que los propietarios prefieran alquilar a inquilinos que no estén sujetos a esa circunstancia porque saben que no los van a poder desahuciar si no pagan.
El porcentaje de renta necesario para alquilar un piso es cada vez más elevado. Una situación que tiene una afectación muy grande en los jóvenes que buscan emanciparse tras obtener empleo. ¿Para ellos habrá alguna solución a corto plazo?
Hoy en día es prácticamente imposible alquilar un piso de manera individual, con un solo salario. La única manera de facilitar esa emancipación es compartiendo con otros compañeros. La Xunta anunció la construcción de una especie de apartamentos para jóvenes que puedan vivir allí de manera temporal a precios asequibles, pero como hablábamos antes, eso no llegará en el corto plazo.
En 2024, el número de hipotecas suscritas en la comunidad registró un incremento de hasta el 23% después de años con una tendencia a la baja. ¿A que cree que se debe?
Está habiendo más compraventas porque está habiendo ayudas, como los avales de hasta el 100% que ofrece la Xunta, que están favoreciendo esas operaciones. Además, también las entidades financieras requieren un poco menos de ahorro a la hora de pedir una hipoteca.
Entonces el destino de esas compraventas es la primera residencia, no son inversiones.
Las que son con hipoteca, sí. Vemos una tendencia también al alza en las inversiones pero es gente, en su mayoría, que compra sin pedir una hipoteca.
En ese sentido, durante el año pasado se batieron récords de compras por parte de extranjeros en la comunidad. ¿Es un fenómeno que ha venido para quedarse?
Sin lugar a dudas. Los porcentajes sobre el total aún no son significativos, pero se incrementan progresivamente. Es un fenómeno que se percibe sobre todo en las zonas de costa donde se está produciendo una especie de efecto llamada por el clima, la tranquilidad, la calidad de vida...
¿Cree que a medio-largo plazo esto puede tener incidencia en el mercado?
Por desgracia, sí. Para nosotros por suerte, ya que vamos a tener más clientes, pero, claro, eso va hacer que los precios tiendan al alza. Los extranjeros llegan con otros sueldos y los precios no les parecen tan caros como a nosotros. No creo que aquí vaya a pasar lo que en las Islas Baleares o las Canarias, por ejemplo, pero la tendencia nos dice que va a haber más gente que quiera comprar y, si la oferta no crece, el cuello de botella será más pequeño todavía.
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