El gallego tendrá que esperar para ser lengua oficial en la UE

La presidencia polaca de turno decide aplazar la votación al no asegurarse el Gobierno español la unanimidad en la decisión

Sesión plenaria del Consejo de la Unión Europea en Bruselas, en una foto de archivo. |  Efe

Sesión plenaria del Consejo de la Unión Europea en Bruselas, en una foto de archivo. | Efe

Mateo G. Triñanes

Santiago

La oficialidad de gallego, euskera y catalán en las instituciones de la Unión Europea no es para ahora todavía. Tras dos años de negociaciones pilotadas por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, España no ha logrado convencer a la totalidad de estados que conforman el ente comunitario y, por ello, ante la falta de unanimidad, la presidencia polaca de turno del Consejo de la UE decidió aplazar la votación programada para el día de ayer para darle esa oficialidad a las tres lenguas. No hay fecha prevista para otro intentro, pero el Gobierno español sigue en su empeño.

Según las declaraciones del propio Albares tras la moratoria de la decisión, España ha logrado el consenso de una importante mayoría de los estados miembros —concretamente de veinte— que consideraban que la propuesta estaba «en condiciones de avanzar». No obstante, siete mantienen todavía reticencias en torno a los «aspectos jurídicos y económicos».

A este respecto, el titular de Exteriores recordó que él mismo remitió una carta al Consejo de la UE en la que el Gobierno se comprometía a correr con el coste de la inclusión de las tres lenguas en el régimen lingüístico. Además, en cuanto a la cuestión jurídica, Albares mencionó que el Ejecutivo central ya remitió «un informe muy sólido» respecto a la «total compatibilidad de la propuesta española con los tratados».

La decisión de la presidencia polaca y la incapacidad del Gobierno de alcanzar un consenso unánime en el contexto europeo ha propiciado una cascada de reacciones tanto a nivel estatal como en clave autonómica. Cabe recordar que la propuesta de lograr la oficialidad de la tres lenguas cooficiales en la UE forma parte del acuerdo para la investidura de Pedro Sánchez sellada entre el PSOE y Junts. Razón por la que el PP siempre ha mostrado su oposición a la medida, al entender que se trata de una concesión más al separatismo catalán. En este sentido, cargos importantes del PSOE como el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, o la ministra de Educación y portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, cargaron contra Alberto Núñez Feijóo por boicotear, a través de sus socios partidistas en la Unión, la aprobación de esta medida.

«Ya no le gusta el gallego», llegó a apuntar la portavoz del Ejecutivo Sánchez, tras apreciar que el líder del PP durante su etapa al frente de la Xunta defendió un uso «normalizado» de la lengua propia de la comunidad en las escuelas gallegas.

Por su parte, el líder del PP aseguró ayer, en una rueda de prensa en la que presentó sus avales de cara al XXI Congreso Nacional de la formación conservadora, que defiende todos los idiomas de España. No obstante, mostró su desconfianza con respecto a la legalidad de aprobar en el Consejo de Asuntos Generales de la UE la oficialidad de gallego, catalán y euskera. En este sentido, la formación conservadora ya se opuso en su momento al uso de las tres lenguas cooficiales en el Congreso de los Diputados.

En una clara sintonía con la dirección marcada por Génova 13 en torno a este tema, la Xunta no ha mostrado en ningún momento su apoyo a la oficialidad del gallego en las instituciones europeas. El propio Alfonso Rueda afirmaba el pasado lunes, tras la reunión semanal del Gobierno autonómico, que «hay prioridades mucho mayores» en este momento a las que destinar esos «más de 40 millones de euros al año» que supondría llevar a cabo la medida para el Ejecutivo central. Ayer mismo, el secretario xeral da Lingua, Valentín García, ahondaba todavía más en ese orden de prioridades y demandaba destinar esos fondos a la promoción del gallego en el interior de la comunidad.

La líder del BNG, Ana Pontón, respondió a las declaraciones de Alfonso Rueda parafraseando a Castelao: «La necesidad de hablar en gallego no se siente en la barriga, se siente en el corazón de los gallegos que amamos nuestra lengua, que heredamos con orgullo este idioma de nuestros abuelos y que queremos que siga siendo la lengua de nuestras hijas y de nuestras nietas».

Así, tachó de «vergonzoso y triste» que tanto Rueda como Feijóo «trabajen en contra del gallego» y aseguró que lograr la oficialidad en la Unión Europea supone «un paso muy importante» para la lengua que rompería con una situación de desigualdad. «No puede haber lenguas de primera y de segunda», afirmó la líder de la oposición.

En la misma línea se pronunció la secretaria de Organización del PSdeG, Lara Méndez, que lamentó la «sumisión» de Rueda ante un Feijóo que «le da la espalda a Galicia» con el «único objetivo de desgastar al Gobierno central».

Sobre el alegato monetario esgrimido por el presidente de la Xunta, Méndez recordó que «tener voz propia en Europa» supondría un desembolso «doce veces inferior al sobrecoste que tuvo la construcción del hospital Álvaro Cunqueiro en Vigo» y lamentó que la línea política del PPdeG con respecto al «bilingüismo armónico» consista en relegar al gallego a un «símbolo folclórico».

Tracking Pixel Contents