Galicia, tierra de centenarios

La comunidad autónoma gallega es la segunda con mayor porcentaje de mayores de 100 años de toda España, un número que continúa en aumento. ¿Qué tenemos de especial en nuestra tierra para albergar a tantos que ya cumplen el siglo?

Galicia, top de la longevidad

Galicia, top de la longevidad

DIEGO G. CARBALLO

Santiago

En Galicia, casi no hay semana en la que no salga en algún medio de comunicación el cumpleaños de alguna persona de 100 años o más. Y es que, en nuestra tierra, tener una población envejecida no significa que los mayores no sean longevos; al contrario, somos la segunda comunidad autónoma con mayor número de centenarios de toda España. Según el INE, en 2024 Galicia contabilizó 2.705.833 habitantes, de los cuales 1.481 superaban la barrera del siglo. Este número se traduce en un 0,055% de la población, que puede parecer muy poco, pero la media española está en un 0,033%. La única que nos supera es Castilla y León, con un muy elevado 0,089%, casi el triple de la media nacional.

Para poner en contexto este dato, Andalucía tiene 1.473 centenarios, ocho menos que Galicia, pero con una población (8.631.862) más de tres veces mayor. O, visto desde otra perspectiva, las cuatro provincias gallegas acumulan el 5,57% de los habitantes totales de España (48.619.695), pero el 9,31% de todos los centenarios (15.911). ¿A qué se debe esta excepcional longevidad de los mayores gallegos?

La excepción del noroeste

Según Carlos Ferrás Sexto, catedrático y profesor de Geografía Humana en la USC, esta mayor presencia de centenarios en Galicia se debe a una gran variedad de factores, entre los que se cuentan «la cultura, la ruralidad, la alimentación, la historia, el clima...»: «En el caso de Galicia, destacaría la falta de estrés en la vida rural y el contacto con la naturaleza, además de la agricultura y ganadería de subsistencia, que hacen que las personas mayores se mantengan activas y que también dan productos de alimentación de mayor calidad, con menor ingesta de productos procesados», comenta.

El cambio en el trabajo de campo y en la sociedad también han afectado positivamente no solo a Galicia, sino también a todo el noroeste de la península, donde cada vez hay más personas mayores y la esperanza de vida ha aumentado considerablemente. «La sociedad rural ha perdido muchos de los determinantes negativos para la salud que tenía, como el trabajo duro o la cultura de supervivencia, y hoy lo que tenemos es una mecanización, una mejora considerable de las vías de comunicación, de las políticas sociales y servicios, también se han universalizado las pensiones... todo eso ha generado un estilo de vida en contacto con la naturaleza, pero menos estresante». Ferrás menciona la propia antropología cultural de Galicia como un marcador de la resiliencia de la población, a través de una visión de la vida de no tomarse las cosas a la tremenda, que se ve en expresiones como «xa se verá» y que reflejan este pensamiento resiliente y la adaptación social «sin caer en extremismos o en estrés».

Lo que comemos también es un factor clave, ya que la dieta atlántica tiene una gran cantidad de pescado y marisco. Al mismo tiempo, el clima, probablemente el más calmado de España, sin frío o calor extremo y temperaturas agradables durante todo el año, es otro factor a tener en cuenta.

Las cuatro comunidades que copan el ranking de centenarios son también las más envejecidas de toda la península, lo que se traduce en una mayor mortalidad, sin afectar a la longevidad. Los factores que han llevado al envejecimiento poblacional en Galicia y alrededores son variados, según el demógrafo: «No hay políticas claras de protección de la maternidad y acompañamiento en la crianza, lo cual, unido a la modernización social y económica de Galicia y de España, con la incorporación plena de la mujer al sistema educativo, la igualdad de derechos y acceso al mercado laboral, hace que tener hijos sea menos atractivo para los jóvenes». Al final, las regiones más envejecidas, menos urbanizadas y más industrializadas del noroeste acaban por copar los rankings de envejecimiento.

Mujeres y extranjeros

Que las mujeres viven más que los hombres es algo científicamente probado, y que se ve también entre las cifras de centenarios gallegos: de los 1.481 que había en 2024, 1.208 eran mujeres, con solo 273 hombres. «Al igual que nacen más niños que niñas, que los hombres se van quedando antes por el camino es algo probado, y no es sólo algo que se ve aquí, sino en todo el mundo», asegura Ferrás. La explicación de este fenómeno es difícil de dilucidar, aunque hay hipótesis: «Puede deberse a que existen estilos de vida de menor riesgo por parte de la mujer, así como también la propia condición física y estructura del cuerpo femenino frente al del hombre, que envejece antes. Estamos en una sociedad de supercentenarios muy feminizada», remarca el demógrafo.

La diferencia es aún mayor entre los residentes de nacionalidad española y extranjera. De los 1.481 centenarios gallegos, tan solo 9 son extranjeros. A nivel nacional, la diferencia es menos acentuada, pero igualmente destacable: 15.911 habitantes de 100 o más años, de los cuales 272 son extranjeros. La hipótesis de Ferrás tiene que ver con el momento en que se emigra: «La emigración en los últimos años de vida es casi insignificante, a menos que sea por algún tipo de catástrofe o por buscar algún servicio o tratamiento en sistemas sanitarios de otro país», asegura. «Con la edad tendemos a asentarnos, ser conservadores y vivir en nuestro medio cultural cotidiano».

El sur, menos longevo

Cuanto más al sur de la península nos desplazamos, el porcentaje de centenarios cae considerablemente. A excepción de Extremadura, la mitad sur de España está toda por debajo de la media nacional, con lugares como Andalucía (0,016%) en la mitad de la media o Melilla (0,013%) en casi un tercio. Los factores que contribuyen a la longevidad de los habitantes del norte de la península no se dan en el sur, según el catedrático.

«Desde el punto de vista demográfico son sociedades mucho más jóvenes, con natalidades y fecundidades mucho más altas, con un dinamismo industrial mucho mayor que habla de una sociedad más urbana. La comida procesada, la vivienda, el hábitat urbano y las aglomeraciones, el estrés, la polución, el poco contacto con la naturaleza... todo esto se aplica en el sur», comenta Ferrás, que también destaca los factores biológicos y climáticos.

Cada vez más centenarios

El porcentaje de centenarios sigue aumentando en toda España. Desde 2021, hemos pasado de 12.756 a 15.991, un 25% más; en Galicia, de 1.323 a 1.481, un 12% más. ¿Llegará un momento en que toque techo este incremento? Para Carlos Ferrás, la respuesta es sí: «Llegará un momento en que va a tocar techo por propia determinación biológica del cuerpo humano, todos tenemos que morir. Se puede prolongar a través de atención médica, acceso a una sanidad de calidad y el cuidado del propio cuerpo humano. Ahora se ven resultados de que, en las últimas décadas, la población mejoró enormemente su dieta, las condiciones higiénico-sanitarias, la renta per cápita, el acceso a la educación, a los servicios públicos... que han aumentado la esperanza de vida».

Esto, hace tan solo medio siglo, no era así, lo que ha aumentado el número de años que vivimos, pero existe un límite de cuánto puede aumentar esta cifra. Y es que la mortalidad está definida por los límites del cuerpo humano: «Todos tenemos que morir, está claro», reflexiona Ferrás.

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