Las rías soportan casi 9.000 vertidos en cinco años, el 13% contaminantes

Inspecciones y multas reducen los puntos de polución más de un 40% en una década: de 348 en 2015 a 196 el ejercicio pasado

Augas de Galicia neutralizó más de 700 focos en 2024

Vista de la ría de O Burgo, en A Coruña. |  Casteleiro / Roller Agencia

Vista de la ría de O Burgo, en A Coruña. | Casteleiro / Roller Agencia

A Coruña

Son un refugio único para la flora y la fauna submarinos. Pero bajo las aguas de las rías gallegas se esconden auténticas amenazas para ese litoral y paisaje casi paradisiacos: disolventes, grasas, aceites, purines, fertilizantes, pesticidas, restos orgánicos de animales, aguas residuales sin depurar, residuos sanitarios o industriales tóxicos. La mayor actividad industrial, el aumento de la población en las áreas urbanas, el deterioro de la red de saneamiento o la filtración de residuos generan un mayor volumen de vertidos en las aguas de la comunidad, uno de los grandes atractivos turísticos de Galicia y de sus principales fuentes de ingresos. En los últimos cinco años, la Xunta detectó en las 18 rías gallegas un total de 8.788 vertidos, de los que el 13% —1.141— resultaron ser contaminantes, según el balance de Augas de Galicia, organismo dependiente de la Consellería de Medio Ambiente.

La tendencia en el número de puntos de descarga en las rías de la comunidad ha sido al alza en los últimos años. En concreto en la última década aumentaron un 50%, al pasar de los casi 1.300 detectados en 2015 a los 1.944 del año pasado. Sin embargo, en el caso de los vertidos contaminantes se ha logrado revertir esa curva ascendente, con un descenso en diez años de un 44%: de los 348 que pusieron en jaque a las rías gallegas en 2015 se ha logrado reducir a 196 en 2024. Este balance deja en la actualidad una media de un vertido tóxico cada dos días en las rías de la comunidad frente a uno diario que se registraba hace diez años.

Detrás de este descenso en la carga contaminante de las rías gallegas hay varios factores: desde las campañas de inspección, hasta el endurecimiento de las sanciones, el control de los puntos de vertidos autorizados y una mayor concienciación. Pero esa mayor presión que ejerce la Administración autonómica desde hace casi 15 años, con la puesta en marcha de una re d que permite controlar la calidad del agua en tiempo real, con análisis más s frecuentes y mecanismos de detección más ágiles, así como las alertas en caso de que haya alguna incidencia que altere el estado natural de las aguas, es lo que ha derivado en una mayor contención de los vertidos contaminantes en las ensenadas gallegas.

Carga contaminante

La comparativa de la última década evidencia esta caída de la presión contaminante en las rías gallegas: si en 2015 los vertidos que incumplían los límites ambientales (348) representaban casi el 27% del total de los puntos detectados (1.296) el año pasado la tasa fue 10%, cerca de 17 puntos menos.

A lo largo del año pasado, Aguas de Galicia detectó 1.944 los vertidos en las rías gallegas, lo que se traduce en una media de cinco cada día frente a los 1.856 del ejercicio anterior. Al cierre de 2024, eran 196 los focos contaminantes, que no cumplían los límites medioambientales fijados por ley; otros 22 estaban en investigación, ya que pese a cumplir los valores marcados tuvieron impacto en el entorno. En total, 1.024 no eran tóxicos —el 52,6% del total— y otros 702 fueron neutralizados por la intervención de Augas de Galicia —el 36%—. En los últimos cinco años, el organismo dependiente de la Consellería de Medio Ambiente subsanó casi 3.200 vertidos detectados en las rías gallegas, lo que supone más de un tercio del total de las alertas recibidas en ese periodo. La intervención de Augas en las ensenadas de la comunidad ha aumentado a lo largo de los años, tal y como reflejan los balances de la Xunta. En cinco años, el volumen de vertidos neutralizados por Aguas aumentó un 26%, al pasar de los 557 subsanados en 2020 a los más de 700 del ejercicio pasado.

Muros-Noia, la ensenada más amenazada: uno de cada cinco focos detectados son tóxicos

Solo las rías de Arousa y Muros-Noia concentran la mitad de los vertidos contaminantes que amenazaban las ensenadas gallegas al cierre de 2024. Pero es la de Muros-Noia la que presenta la mayor carga contaminante de toda la comunidad, con una presión del 22%. O lo que es lo mismo, uno de cada cinco focos de descarga detectados en sus aguas eran tóxicos —41 de un total de 185—, según el balance de Augas de Galicia.

Le sigue en la tabla de polución, Ortigueira con una carga contaminante en sus aguas del 17% —7 vertidos tóxicos de los53 que se registraron el año pasado—. Con un índice similar están Camariñas (14,6%), Ferrol (casi un 14%) y Baiona (13%).

Pese a que la ría de Arousa es la que en cifras absolutas suma el mayor número de vertidos contaminantes de toda la comunidad (52), su tasa se sitúa en la media autonómica (10,2%).

Solo Lires cerró 2024 con cero vertidos contaminantes en sus aguas. Y con un foco de polución al cierre del ejercicio pasado están Corcubión, Aldán, Foz, Viveiro, O Barqueiro y Come-Laxe. Le siguen en la parte baja de la lista de polución la ría de Cedeira (dos puntos contaminantes).

En la ría de A Coruña se produjo un aumento de los vertidos contaminantes el pasado, con el doble de focos tóxicos que el ejercicio anterior: un total de cuatro frente a los dos de 2023, según el balance de Augas de Galicia. Mientras, en Vigo se registró un descenso: de los 15 contabilizados hace dos años se pasó a 13 3n 2024.

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