Los (muchos) deberes de Mar

La conselleira se enfrenta a retos como el de la crisis del marisqueo, la falta de relevo generacional, la escasez de cuotas o la caída del consumo de pescado

Marta Villaverde promete el cargo  ante Alfonso Rueda.  |  Xoán Álvarez

Marta Villaverde promete el cargo ante Alfonso Rueda. | Xoán Álvarez

Adrián Amoedo

A Coruña

La nueva conselleira do Mar, Marta Villaverde, tiene desde ya unos retos por delante que son muy similares a los que enfrentó su antecesor, Alfonso Villares. El principal motivo es que el sector pesquero lleva años arrastrando los mismos problemas, que van desde la escasez de cuotas hasta la falta de relevo generacional o la caída del consumo de pescado. Hasta el momento, ninguna de las medidas activadas desde la Xunta —al igual que desde el Gobierno central— parecen haber dado con la tecla. Unas dificultades que también enfrenta el marisqueo, con el problema añadido de la mortandad en los arenales. Villaverde, de un marcado perfil técnico y menos rodada en la vida política, tendrá que intensificar en los próximos meses las relaciones con todos los eslabones de la cadena mar-industria, pasando de los pescadores de bajura o altura a las empresas transformadoras, el sector de la acuicultura o los detallistas de pescado y, sobre todo, las cofradías, cada una con sus particularidades.

El primer gran tema para la conselleira será el que tiene que ver con la demanda por las 87 vedas a la pesca de fondo, cuya resolución en Europa se prevé la próxima semana. La Xunta participa como parte coadyuvante con los armadores de Burela.

En lo que se refiere casi al día a día, en sus manos está ayudar a aumentar un consumo de pescado que el pasado año volvió a caer un 3,2% respecto al ejercicio anterior (22,92 kilos per cápita). La Xunta insiste en una rebaja del IVA que el Gobierno no acepta. Entre medias, opta por medidas imaginativas, como Bono Peixe, las ayudas de 50 euros, o la contratación de campañas y food trucks para la promoción.

Aún más difícil y crítico es el tema del relevo generacional. Los jóvenes rehúyen el trabajo en el mar, lo que da problemas a las armadoras para encontrar tripulantes. Un motivo es que las embarcaciones, en su mayoría, son muy antiguas. Algo que se debe, especialmente, a que no existen ayudas para la renovación, algo que urgen desde el sector. En consecuencia, Villaverde tendrá que lidiar con una reclamación: las ayudas para el desguace, para aquellos —que no son pocos— que buscan dejar el sector.

Vinculado a las cofradías hay dos situaciones en la actualidad muy delicadas: la primera es la situación, casi crítica, del marisqueo; la segunda es la eterna batalla entre percebeiros y bateeiros por las zonas de costa.

Más allá de eso, la nueva conselleira tiene en sus manos dos entes de mucho calado, como son Portos de Galicia y el Servizo de Gardacostas de Galicia. Sobre este último, la Xunta insiste en que el estado debería otorgar una «compensación económica» por cubrir el área en lugar de Salvamento Marítimo.

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