La falta de profesores demora hasta tres meses las prácticas de conducir
La Federación Gallega de Autoescuelas defiende que en la comunidad no hay un problema de listas de espera para examinarse, aunque se registran retrasos en verano por ser una época de alta demanda

Prácticas de conducción en el entorno de San Caetano, en la capital gallega. | Antonio Hernández
Mateo G. Triñanes
Durante su último curso universitario, Carlos Gayoso tenía claro que quería sacarse el carné de conducir. De hecho, lo primero que hizo nada más regresar a Santiago, después del verano, fue matricularse en una de las autoescuelas de la capital gallega. Después de un par de semanas de muchos test, hacia finales del mes de septiembre, el baionés ya había superado la parte teórica.
«Para la semana ya empezaré las prácticas», comentó a sus amigos en un grupo de Whatsapp. Nada más lejos de la realidad. En total pasaron casi tres meses, hasta diciembre, para que Carlos pudiera comenzar a desarrollar sus habilidades al volante.
Pero, ¿por qué tanto tiempo de demora? En la autoescuela le dijeron que se debía a la «falta de personal». Un argumento que confirma el presidente de la Federación Gallega de Autoescuelas y miembro del Comité Ejecutivo de la CNAE, Alberto Bugallo: «Es innegable. Tenemos un déficit de profesores de formación vial y eso está retrasando, en gran medida, el comienzo de las prácticas».
Bugallo recuerda, eso sí, que la problemática no es homogénea en toda la comunidad. Es principalmente en las ciudades y grandes villas, donde se juntan los estudiantes o jóvenes que buscan obtener la licencia poco después de superar la mayoría de edad con población extranjera que necesita lograr el permiso porque el carné del que disponen en sus países no tiene validez en España, formando un cuello de botella de varios meses para comenzar a realizar las prácticas.
La solución pasa por la FP
«Hasta ahora, acceder a esta profesión era un poco complejo. Lo necesario era un certificado que expedía la Dirección General de Tráfico. Era una formación que tenía una dependencia muy alta de la Administración y, digamos, que para el joven que busca una salida laboral no era una itinerario muy visible», explica el presidente de la Federación Gallega de Autoescuelas.
Sin embargo, «desde hace un par de cursos» en el catálogo de la Formación Profesional (FP) gallega existe un «ciclo superior para la movilidad segura y sostenible» que capacita al alumno para la docencia en una autoescuela. En este momento, únicamente se puede acceder a estos estudios en tres centros de la comunidad: el CIFP Leixa de Ferrol, el CIFP Fontecarmoa de Vilagarcía y el CIFP Portovello de Ourense.
En estos centros, hay alumnos matriculados no solo de la comunidad, sino también originarios de otras autonomías como Castilla y León, que acuden a formarse en estos centros sabedores que el de las autoescuelas es un sector que siempre va a necesitar personal. «Sin duda, en este caso, hay que felicitar a la Administración porque está dando los pasos necesarios para resolver este déficit de docentes de formación vial del que estamos hablando», asegura Alberto Bugallo.
Alta demanda en verano
Según el presidente de la Federación Gallega de Autoescuelas el problema de las listas de espera para poder examinarse, una vez se han realizado el número de prácticas tasadas por el instructor, no ha llegado todavía a Galicia. «Hay jefaturas en otras provincias de España en las que sí existe un grave problema con la capacidad de examen. La existencia de pocos examinadores hace que las listas de espera sean bastante prolongadas, produciendo unos tapones que perjudican al ciudadano tanto por el tiempo como por la posible pérdida de oportunidades laborales», apunta Bugallo.
En la comunidad se realizan exámenes de una manera regular, con pruebas prácticamente todas las semanas. Buena fe de ello da Carlos Gayoso que, mientras que para comenzar las prácticas tuvo que esperar casi tres meses, pudo realizar el examen tan solo unas semanas después de que su profesor le diera el visto bueno.
No obstante, esto no quiere decir que en determinadas épocas del año el alza de la demanda sí que demore más el proceso. «Lamentablemente, aún hay esa creencia de que el permiso de conducir es algo que se tiene que obtener en verano. Olvidamos que tanto los profesores como los examinadores son trabajadores que tienen derecho a sus vacaciones y que, normalmente, disfrutan de ellas durante esa época del año», ejemplifica Bugallo, sobre el único periodo del año, en su opinión, donde sí que surgen listas de espera para examinarse del permiso de conducir.
En este sentido, las autoescuelas ponen también tareas a la Administración y es que un «servicio estable» de exámenes que atienda a las diferentes demandas existentes a lo largo del año es prioritario también para ellas. «Nos facilitaría mucho el trabajo a la hora de programar la formación de los alumnos. Lo peor que podemos tener las autoescuelas es la incertidumbre a la hora de programar las pruebas: ¿Cuándo se va a poder presentar? ¿De cuántas plazas vamos a disponer?... Es una situación a la que la Administración tiene que dar una solución», demanda el presidente de la Federación Gallega de Autoescuelas.
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