Un muerto en una gran pelea entre dos clanes familiares en Ribeira

El enfrentamiento, multitudinario y muy violento, se inició en una fiesta de pedida de mano en la parroquia de Artes

Una persona fallecida y varios heridos en una pelea entre grupos de etnia gitana en Ribeira

Suso Souto

Suso Souto / J. M. Ramos

Ribeira

Una persona ha fallecido, más de una decena han resultado heridas —una de ellas de gravedad— y al menos seis han sido arrestadas en la tarde de ayer en Ribeira (A Coruña) como consecuencia de una pelea entre miembros de clanes de etnia gitana. Al parecer, el enfrentamiento se inició en una celebración de pedida de mano que se estaba celebrando en el centro recreativo de la parroquia de Artes, reservado para el evento.

Por causas que se desconocen, se desencadenó una pelea multitudinaria y de extrema violencia en la que una persona falleció como consecuencia de las heridas sufridas tras ser agredida, presuntamente, con una catana o un machete.  Otras fuentes apuntan a que fue víctima de un atropello.

Al llegar al lugar, la Policía Local realizó varios disparos para dispersar a los implicados en la pelea. El centro donde se produjeron los hechos cuenta con cámaras de seguridad, que serán claves para esclarecer lo sucedido. El local sufrió también importantes desperfectos, dado que durante la pelea volaron sillas y mesas.

Hasta el lugar se desplazaron numerosas patrullas de la policía municipal, de la Guardia Civil y varios furgones de la Policía Nacional, además de ambulancias llegadas de varios municipios y un helicóptero. Los heridos fueron trasladados a varios centros hospitalarios, y en el Hospital do Barbanza se activó un dispositivo de vigilancia policial.

Además, según confirmó el alcalde de Ribeira, Luís Pérez, tras contactar con la subdelegada del Gobierno, María Rivas, en los próximos días se mantendrá activo el despliegue policial para evitar posibles nuevos enfrentamientos entre familias.

Vecinos de la zona, al ser preguntados por lo sucedido, afirmaron con cierto tono irónico: «No hemos visto ni oído nada», ya que algunos no esconden que viven con miedo.

Al parecer, tras el altercado los agentes policiales iniciaron una persecución por la autopista AP-9 para interceptar a alguno de los implicados en la reyerta —algunas fuentes apuntan a que eran de Santiago—, que emprendieron la huida del lugar, y a los que consiguieron detener en el peaje de Teo.

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