Sorpresa en Noia: "¿Quién es ese hombre que se plantó con su sofá en un islote de lodo?"

El misterioso protagonista de esta historia se había instalado a las ocho de la mañana, aprovechando la marea baja

Sorpresa en Noia: "¿Quién es ese hombre que se plantó con su sofá en un islote de lodo?"

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Suso Souto

Noia

Objetivo cumplido... o todo lo contrario. Según se mire. Quienes paseaban en la mañana de este domingo por el puente de Noia no salían de su asombro al descubrir a un hombre sentado plácidamente en un sofá, leyendo un libro... en medio de la ría de Muros-Noia.

En realidad, el hombre pisaba tierra. El misterioso protagonista de esta historia se había instalado a las ocho de la mañana, aprovechando la marea baja, en un islote del neandro existente en la desembocadura de los ríos Traba y Lobo, en la zona conocida como Campo de Noia.

Por supuesto, nadie pudo resistir la tentación de grabar con su teléfono móvil a aquel hombre de pelo blanco al que el agua iba cercando poco a poco.

Pero su tranquilidad se truncó tres horas después, cuando, alertados por los curiosos, se personaron en el lugar dos agentes de la Policía Local para pedirle que se retirara. El hombre no había cometido ningún delito, pero los avisos no cesaban y se estaba generando cierta alarma.

La subida de la marea fue cercando cada vez más a Serafín Marcos.

La subida de la marea fue cercando cada vez más a Serafín Marcos. / Cedida

De modo que Serafín Marcos, que así se llama el músico y actor protagonista de esta historia (director del conservatorio de Noia) tuvo que finalizar su retiro, que no fue más que una de sus performances artísticas.

En este caso, pretendía reinvindicar "el derecho al aislamiento social", señala.

Sin embargo, quienes le contemplaron asombrados habían hecho correr otra teoría por las redes sociales: la que apuntaba a que el hombre quería denunciar el estado de la ría de Muros-Noia y reivindicar su urgente dragado.

La Policía Local acudió para pedir a Serafín Marcos que se retirase.

La Policía Local acudió para pedir a Serafín Marcos que se retirase. / Cedida

"Bueno, esa no era mi intención, pero me alegra que mi performance sirva para otros fines que la gente considere oportuno", explica Serafín Marcos.

Por cierto: el libro que estaba leyendo se titula Morgana en Esmelle, de Begoña Caamaño, porque el artista prepara una de las representaciones teatrales que suele hacer cada año en los colegios relacionadas con el Día das Letras Galegas.

Un tendal en la plaza

No es la primera performance (ni será la última) con la que Serafín Marcos sorprende a vecinos y visitantes de Noia. En una ocasión convirtió la Praza do Cantón en un tendal. Los vecinos le llevaban prendas para colaborar con su iniciativa. En aquella ocasión hubo algo que llamó especialmente la atención de los residentes en la zona, que poco a poco fueron abriendo las ventanas con curiosidad: el agradable e intenso olor a suavizante que inundó la plaza.

Ya en casa, Serafín Marcos se preguntaba si su misión de este domingo había tenido éxito. Y depende. Si lo que quería era reivindicar el derecho al aislamiento social, sí lo tuvo, a juzgar por la repercusión de su performance. Pero, si lo que quería era aislarse realmente durante unas horas para estar tranquilo en un lugar público, parece que no lo consiguió.

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