La FP «a la carta» despega en Galicia: «La configuramos con las empresas»
Este curso las formaciones de alta especialización, exclusivas de la comunidad, aumentaron el número de alumnos en casi un 30%; y los másteres de FP, en un 24,5%

Alumnos del CIFP Valentín Paz Andrade, en una clase. / José Lores
Noela Vázquez Dosil
Cada vez son más los alumnos que optan por las nuevas modalidades de la Formación Profesional, que buscan casar la oferta con la demanda del mercado laboral. Es el caso de los másteres de FP o de las formaciones de alta especialización, que este año aumentaron en un 24,5% y un 29,9% su matriculación con respecto al año pasado, y que pretenden dar respuesta a la necesidad de personal cualificado que existe hoy en día no solo en Galicia, sino en todo el país. Estas últimas, además, exclusivas de la comunidad, presentan una peculiaridad que las hace destacar todavía más, puesto que son los centros los que configuran los currículos formativos en función de las necesidades de las empresas.
Estas formaciones de alta especialización, explica Alfonso Silva Solla, director del Centro Integrado de Formación Profesional Valentín Paz Andrade, ubicado en Vigo, se idean en base a la demanda de las empresas cuando estas «requieren un perfil profesional que no se amolda exactamente a un ciclo formativo» convencional. Su centro, por ejemplo, tiene un acuerdo con Coterena, una empresa del sector naval, «para implantar un ciclo superior de construcción metálica, que es de la familia de la fabricación mecánica, pero con dos módulos de automoción, de motores térmicos y de sistemas de transmisión», porque la empresa solicita que los titulados también tengan estos conocimientos. Una vez los alumnos finalizan estas formaciones, que duran más que una FP convencional, obtienen la titulación correspondiente y en sus expedientes también consta la formación en los módulos adicionales.
«Son formaciones únicas, porque en ningún otro sitio se va a dar esta combinación», señala, y siempre surgen a raíz de la «demanda del sector industrial empresarial». Para detectar estas necesidades, es el propio centro el que se encarga de visitar a las empresas para después configurar los cursos «como si fuese formación a la carta». Es, por lo tanto, la descripción exacta de adaptar la formación a las necesidades del mercado laboral, y una alternativa de vital importancia para «dar respuesta» a las necesidades «de mano de obra» del sector industrial, que en muchos casos «tiene que recurrir a países de Europa del Este o de Iberoamérica porque aquí no hay personal cualificado para sectores como la automoción o la fabricación mecánica».
Por lo tanto, no es de extrañar que estas formaciones ganen año tras año más popularidad, algo que demuestran los datos: en comparación con el curso en el que se estrenaron, en el 2023-2024, este año la matriculación ha subido en un 110,2%.
Otra de las enseñanzas en auge son los Másteres de FP. Cuando se implantaron, hace cinco cursos, tan solo 100 alumnos optaron por esta modalidad. Este año, en cambio, se matricularon 1.252 alumnos. A diferencia de los cursos de alta especialización, estas formaciones están destinadas a personas «que ya tienen una titulación de FP» para que la completen y se especialicen en otros ámbitos. Además, tienen una duración menor, de tan solo un año, y generalmente se imparten de tarde, explica Silva, lo que permite compatibilizar mejor la enseñanza con el trabajo. De hecho, muchos de los alumnos que cursan esta formación en su centro están trabajando. Es, en definitiva, una fórmula distinta, pero que busca el mismo fin, asegurar que los alumnos reciben la formación que después necesitan las empresas.
Las formaciones aceleradas arrancan con 162 matriculados
Otra de las grandes promesas de la FP gallega son las formaciones aceleradas, únicas de la comunidad. Se implantaron este año por primera vez y, tal y como dice su nombre, son de corta duración, de entre cuatro y seis meses, por lo que cada curso hay dos períodos de formación: uno de septiembre a enero, y otro de febrero a junio. En vez de cursar una FP completa, se imparten tan solo uno o dos módulos, y al finalizar los alumnos reciben un certificado de profesionalidad. Sin embargo, este primer curso la matriculación no ha sido especialmente elevada, con 162 matriculados en el período de septiembre a enero de un total de 968 plazas para todo el curso. No obstante, antes de que acabe el año habrá otra convocatoria para quienes quieran matricularse en esta nueva modalidad. Cuestionado al respecto, Silva señala que las cifras de matriculación se deben a que la gente todavía no conoce esta posibilidad, algo que, reconoce, pasó también cuando se lanzaron los cursos de FP Dual, que ahora están «completos». En su centro, de hecho, explica, «tuvimos que buscar nosotros a las personas para estas formaciones», y ahora continuarán animando a la gente a que se matricule. Y es que estas formaciones, indica, buscan dar respuesta a uno de los «grandes problemas de nuestra sociedad», que es que «hay un porcentaje bastante elevado de gente sin ningún tipo de formación, que tiene dificultades para incorporarse al mercado laboral» o que trabaja sin tener sus conocimientos certificados.
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