Medio Ambiente decretará una nueva emergencia cinegética contra el jabalí
El Ejecutivo gallego presentará en los próximos días su programa para controlar la población de este animal, al que este año se oponen frontalmente los cazadores: «No es el momento»

Un cazador en Portomarín el pasado año, en plena emergencia cinegética / Carlos Castro/Europa Press
Mateo G. Triñanes
La Consellería de Medio Ambiente e Cambio Climático tiene previsto decretar en los próximos días una nueva emergencia cinegética temporal con el objetivo de controlar la población de jabalí existente en la comunidad. Al igual que el año pasado, el Ejecutivo gallego permitirá la caza sin límite de este animal entre los meses de octubre y febrero para tratar de mitigar los daños en la agricultura, ganadería y montes, así como los riesgos que el puerco bravo puede terminar suponiendo para la seguridad vial y, por ende, para la ciudadanía.
Sin embargo, en esta ocasión, la Xunta se ha encontrado con la oposición frontal de los cazadores federados de la comunidad, que consideran que «no es el momento» para poner la medida en marcha, pues actualmente la mayoría de los cultivos ya han sido cosechados. «Nosotros siempre estamos dispuestos a ayudar pero creemos que en este momento con la caza reglada es suficiente», explica Luis Fidalgo, presidente de la Federación Galega de Caza.
Así las cosas, la medida extraordinaria que la Xunta busca poner en marcha es complementaria a la caza reglada que se realiza ya en la actualidad, con batidas permitidas los jueves y sábados que, desde el próximo 6 de enero, se podrán extender a los domingos —una vez finalizada la temporada de caza menor—. «¿Quién va a dejar de trabajar un martes para organizar una batida, cuando ya podría realizarla el jueves o el sábado?», cuestiona Fidalgo.
Entre el pasado 1 de marzo y el 30 junio, estuvo en vigor un plan de batidas preventivas que la Xunta diseñó en colaboración con los cazadores, que suponía la posibilidad de solicitar los permisos sin la necesidad de que estas estuvieran sujetos a denuncias por daños. Estas solicitudes, además, podían cursarse cualquier día de semana, sin límite, a través de un simple correo electrónico y la Xunta las resolvía en 24 horas.
Por las fechas —coincidía con el periodo de cría del propio jabalí y con la siembra de la mayoría de los cultivos presentes en las parcelas de la comunidad—, los cazadores aceptaron de buen grado: «Donde era necesario se realizaron esas batidas. Trabajamos con el objetivo de paliar los posibles daños que pudieran tener los agricultores. Nuestro objetivo es que la caza, la biodiversidad y la agricultura convivan».
La Xunta no ha concretado todavía los detalles de la emergencia cinegética. El pasado año esta medida afectó hasta a 40 comarcas y 285 concellos, lo que supone que en casi el 85% del territorio de la comunidad estaba permitido abatir o capturar jabalíes sin límite, pero, en este momento, es todavía una incógnita si el territorio afectado en esta ocasión será el mismo. Será la quinta ocasión en la que el Ejecutivo gallego tire de esta medida para realizar un control de la población de jabalí en Galicia después de las decretadas en 2019, 2021, 2023 y 2024.
En cualquier caso, la Xunta ultima estos días los detalles de esta emergencia cinegética temporal que, previsiblemente, presentará en sociedad a finales de esta misma semana o a principios de la próxima con un acto en Ourense.
Debido a la inexistencia de un censo tanto autonómico como nacional que evalúe la evolución de individuos de esta especie tampoco es posible conocer con exactitud si, en este momento, existe una sobrepoblación de jabalí en Galicia. «Mientras haya un jabalí en los montes siempre puede haber algún caso aislado, pero por mi zona, desde luego, no he visto que estén asolando en este momento ningún cultivo y tampoco me ha llegado por parte de ninguna otra persona», censura Fidalgo.
Daño reputacional
Los cazadores federados consideran que este tipo de medidas, «improvisadas», finalmente contribuyen a afianzar un relato negativo sobre su figura. «Efectivamente, cazamos porque nos gusta, pero trabajamos por mantener los tecores y realizamos una planificación cinegética. No vamos a por todo», apunta el presidente de la Federación. De hecho, en este sentido, Fidalgo lamenta que, tras todo el trabajo realizado el pasado año en el control de la población de jabalíes, el Ejecutivo autonómico no haya tenido ni «el detalle» de reducir sus tasas o abaratar sus licencias. «Para nosotros ese trabajo supone una serie de gastos extras y con el jabalí, no vamos a divertirnos, vamos a colaborar», sentencia.
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