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Galicia, tierra de atropellos: más de 140 muertos en diez años, el 53% en A Coruña

La comunidad lidera la tasa de peatones arrollados sobre el total de siniestros mortales: un 15%

Tráfico, en alerta ante el cambio de hora al multiplicarse el riesgo para los viandantes

Asistencia de sanitarios y emergencias en un atropello reciente en Santa Comba

Asistencia de sanitarios y emergencias en un atropello reciente en Santa Comba / Protecccion Civil Santa Comba

A Coruña

No solo para ir al bar, a la iglesia o a la finca de al lado. En Galicia, miles de vecinos tienen que cruzar a diario la carretera para ir a comprar el pan, recoger las medicinas en la farmacia e incluso tirar la basura. La dispersión poblacional que caracteriza a la comunidad gallega, junto con la falta de una red de transporte público adaptada al rural y el crecimiento de las aldeas a pie de carretera, han convertido cada paso por las vías interurbanas en una misión de alto riesgo.

Se trata de zonas sin arcén, sin apenas iluminación y sin pasos de peatones. Solo hay curvas, velocidad y, en algunos tramos, un mantenimiento deficiente. Con el cambio de hora a la vuelta de la esquina —de la madrugada del sábado 25 al domingo 26—, las tardes oscurecerán antes, la visibilidad disminuirá y el peligro se multiplicará. En este contexto, el asfalto se convierte en frontera y amenaza. Y el chaleco reflectante, en salvavidas. En la última década, más de 140 peatones murieron atropellados en vías interurbanas gallegas, según datos de la Jefatura de Tráfico de A Coruña, desde donde se coordinan los centros territoriales de toda Galicia. Ante estas cifras, que arrojan la tasa de peatones muertos sobre el total de siniestros en la red viaria gallega (15%) más alta de España, el consejo es claro: «El chaleco junto a las llaves, para que no te olvides cuando sales». Este es el mensaje que se repite en las charlas organizadas por la DGT y la Guardia Civil de Tráfico en Galicia para concienciar sobre el uso de prendas reflectantes al caminar junto a la carretera.

Con chaleco, el peatón es visible a 150 metros

Con chaleco, el peatón es visible a 150 metros / LOC

En lo que va de año, diez peatones fallecieron en vía interurbana en Galicia, el último una octogenaria arrollada la noche de este miércoles en la N-525 a su paso por Xinzo. Sumados a los 134 viandantes arrollados en el periodo 2015-2024, son ya 143 las víctimas mortales de un atropello en las carreteras de la comunidad. Pero si hay una provincia que concentra el epicentro de esta tragedia, esa es A Coruña: el 53% de los fallecidos por atropello en vías interurbanas en Galicia se registraron en su red viaria: un total de 74 peatones muertos. Este porcentaje supera en 11 puntos su peso poblacional en el conjunto autonómico (casi un 42%). Detrás de este alto porcentaje de la provincia de A Coruña, están factores como la extensión de su red viaria y el alto tráfico que soportan sus vías. Le siguen en la lista, Pontevedra con un 24% de viandantes muertos sobre el total en Galicia (33 desde 2015), Lugo con un 12,6% (20) y Ourense con un 9,7% (16).

Aunque las campañas de concienciación y una mayor vigilancia han mejorado el comportamiento de conductores y peatones, las cifras aún mantienen en alerta a las autoridades de Tráfico y colectivos de víctimas como Stop Accidentes. La tasa de viandantes fallecidos en lo que va de año en Galicia representa el 14% del total de siniestros mortales en su red viaria. La media de la última década alcanza el 15%, pero ha habido ejercicios, como fue 2019, en el que se tocó techo con un 21%.

Peatones fallecidos en vía interurbana

Peatones fallecidos en vía interurbana / Simón Espinosa

En Galicia, la dispersión no solo obliga a caminar por la carretera para hacer recados. También para cruzar al otro lado de la finca, visitar al vecino o ir a por leña. Son trayectos breves, cotidianos, pero peligrosos. Por eso, los agentes insisten en que el chaleco reflectante esté siempre colgado junto a las llaves. Si se sale, aunque sea para cruzar enfrente, chaleco y llaves. La media de edad de los peatones fallecidos ronda los 79 años, y ninguno de los arrollados este año llevaba prenda reflectante.

La concienciación familiar, según advierten desde Tráfico, es clave. Hijos y nietos deben recordar a sus mayores que no salgan sin hacerse ver. Porque los mayores tardan más en cruzar, y lo hacen en tramos interurbanos sin arcenes, con escasa iluminación y sin pasos de peatones. A menudo cruzan por curvas, por donde lo hicieron toda la vida, pero sin hacerse ver. Eso, unido a que una gran parte de conductores no respetan los límites de velocidad —da igual si son 50, 70 o 90 km/h—, convierte la carretera en una amenaza constante.

Mientras en España los atropellos suponen en torno al 10% de los fallecidos en carretera, en Galicia el porcentaje oscila entre el 16% y el 18% cada año, destaca el jefe de la Agrupación de la Guardia Civil de Tráfico en Galicia, el teniente coronel Antonio Hidalgo. «Esto se debe a la dispersión poblacional: un 65% de los gallegos vive en entornos rurales y hace su vida alrededor de las carreteras», apunta. Esto hace, según explica, que el perfil sea distinto al de otras partes de España, donde suelen producirse en vías convencionales.

Bares a pie de carretera

Además, hay otro factor que complica la ecuación: el consumo de alcohol. «Todos los años nos encontramos con personas atropelladas con tasas importantes de alcohol. Muchos bares están en la carretera, y contra eso es más difícil actuar», lamenta.

Convencer a la población mayor de que se haga visible no es tarea fácil. Los agentes no suelen multar a los abuelos, sino que intentan convencerlos de la importancia de hacerse ver. Ahora bien, si reinciden, no queda otra que sancionar. Y además, en una comunidad como Galicia, donde la tradición pesa, tampoco resulta sencillo pedirle a una viuda que lleva años vestida de negro que se ponga un chaleco reflectante para ir a por el pan.

Puntos negros por provincias

Puntos negros por provincias / LOC

Victoria Gómez Dobarro, responsable de la DGT en Galicia, recuerda que en el año 2000 hubo 73 muertos por atropello. «Esa cifra espeluznante —apunta— se ha reducido gracias a mejoras en infraestructuras, iluminación y una gran labor de concienciación». Pero también apela a la implicación del entorno familiar del mayor: «Es clave para transmitir el peligro y la necesidad de protegerse».

En los últimos años, Tráfico ha intensificado las charlas a vecinos en las localidades con más atropellos —están identificados casi medio centenar de puntos negros— para generalizar el uso del chaleco. Las patrullas de la Guardia Civil han repartido prendas reflectantes a caminantes, peregrinos y peatones que no los usaban. «En los últimos años se ha ido estancando la cifra de atropellos, al igual que la siniestralidad en general, pero sí se puede decir que ha habido un cambio significativo», concluye Gómez Dobarro.

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