Redacción.SantiagoLa Consellería de Medio Rural se ha visto obligada a ejercer de "buen pastor" tras ser alertada por el alcalde de Palas de Rei de que 28 reses deambulaban a sus anchas por las calles del lugar de Penelas. Al parecer, las 21 vacas, un toro y 6 terneros que se paseaban por la localidad lucense son propiedad de un vecino que se encuentra recluido en un centro penitenciario y no puede atenderlos.Los animales quedaron al cuidado de sus familiares pero, quizá un malentendido llevó a que se soltaran alarmando al regidor local que incluso pidió la intervención de la subdelegación del Gobierno. Entonces acudieron veterinarios de Medio Rural que certificaron el buen estado y cuidado de los animales. No obstante, este departamento de la Xunta no se responsabilizará del ganado ya que no existe constancia de su abandono, pero garantiza que sí lo hará si se llega a ese extremo.Según recoge "una ley muy antigua" el departamento deberá ejercer de pastor de dicho rebaño si se demuestra que "hay un descuido en el bienestar de los animales". Y aunque ese no ha sido el caso, la consellería ya se ha comprometido a enviar de nuevo a sus técnicos para verificar el estado de las reses.Medio Rural ya ha garantizado que cumplirá la parte que le corresponda pero explica que si la suelta de las reses se debe a "algún problema de mal entendimiento entre vecinos se trataría de un asunto de orden público y no de un problema de que haya un descuido en el estado de los animales".Mientras el dueño de las bestias permanece, en su reclusión, ajeno a la polémica zoológica, un juez dejó la ganadería a cargo de otra persona. Quizá un descuido de esta llevó a que los animales se escaparan por Penelas causando algún que otro sobresalto a sus parroquianos. Al menos las reses sí han logrado disfrutar de la tan preciada libertad.