Blanca Marsillach no había pisado Sada hasta ayer, pero ha quedado vinculada para siempre a la villa, donde ha dejado sus huellas. Sus manos serán las que inauguren el Paseo de la Fama, la última iniciativa turística del Ayuntamiento. Llega acompañada del alcalde, Ernesto Anido, después de descubrir el arroz con lubrigante.

Con la misma sonrisa "de niña" con la que encandiló a Francisco Umbral cuando sólo tenía 18 años y el escritor la retrató para la sección Las nuevas españolas, Blanca sigue a Anido y el resto de concejales del equipo de gobierno hasta el salón de plenos. Allí le espera la mezcla fresca de hormigón blanco y arena para que pose en ella sus manos. Lo hace encantada. "¡Qué ilusión, por Dios! Tarda en retirarlas, para asegurarse de que queden bien marcadas y el alcalde le ofrece su ayuda para hacer más presión sobre la masa. "Me quiero quedar aquí para siempre. Se está muy bien en esta ciudad", comenta. El piropo es contestado con otro piropo. Alguien hace referencia al sol. "Lo has traído tú", le aseguran. Blanca bromea y pregunta si se puede llevar la placa. No será posible, pero tras el breve acto en el Concello y las palabras de agradecimiento de Anido por haber aceptado el particular homenaje de los sadenses, podrá conocer el lugar en el que el bipartito tiene previsto iniciar el Paseo de la Fama, "cerca de la Casa de la Cultura". La placa se colocará "en cuanto seque" y Blanca tiene claro que regresará para verla.

En la comida, el alcalde ha tenido ocasión de conocer la labor de la actriz y empresaria catalana y no duda en ensalzarla: "Se dedica a ayudar a las personas que no están del todo integradas (en la sociedad) a través del teatro y sus sueños, a través de la cultura". De hecho, su compañía estrenó anteayer en Santiago Loca, una historia una mujer con la autoestima baja que intenta sobrevivir al estrés, un mal cada vez más presente en nuestra sociedad. "¿Qué tal ha ido? Muy bien, hoy (por ayer) estamos de nuevo en el Teatro Principal", comenta. Preguntada sobre nuevos proyectos, esboza una de las puertas abiertas en su último viaje a Galicia: "Estamos mirando con Roberto Varela (conselleiro de Cultura) la posibilidad de hacer una obra con gente con síndrome de down, versos del siglo de Oro y algunos textos en gallego".

Antes de descubrir Sada acompañada de la comitiva municipal, el concejal de Obras, Emilio Gómez, se anima a pedirle un autógrafo para él y su mujer. Le ofrece a Blanca uno de los posavasos de LA OPINIÓN, el de la Torre de Hércules. A la actriz le gusta el faro romano "¿Dónde es?, pregunta. Firma encantada y planta un beso al lado de la dedicatoria. El primer teniente de alcalde, Ramón Rodríguez Ares, le muestra las vistas a la ría desde el salón de plenos. Queda esperar a esa nueva visita a Sada, de la que asegura haberse "enamorado": "Ha sido un flechazo".