La Universidad de Texas, que colaboró en las prospecciones arqueológicas realizadas el pasado verano en la ría de Corcubión, participará de nuevo el próximo año en el estudio de los pecios debido al gran interés que despertó la iniciativa. Durante estos trabajos se descubrieron dos pecios de la flota de 1596 dirigida por Martín Padilla y otros dos vapores ingleses que datan de entre finales del siglo XIX y principios del XX, que fueron localizados a 54 metros de profundidad.

El alcalde de Fisterra, José Manuel Traba, se reunió ayer con la delegada provincial de la Xunta Belén do Campo para analizar los resultados de las prospecciones y potenciar este tipo de hallazgos. El regidor solicitó la posibilidad de crear un centro para exponer el patrimonio y potenciar el turismo subacuático en la zona, tal como reivindican varios colectivos de la zona.

Traba Fernández cree que esta iniciativa supondría un gran atractivo y una fuente de riqueza para la comarca. Además, destacó que desde el Grupo de Acción Costera (GAC) Costa da Morte también se trabaja en este proyecto, por lo que espera que desde la Xunta apoyen la iniciativa. Belén do Campo se comprometió a estudiar las propuestas presentadas con el fin de lograr la forma óptima de "recuperar y potenciar la difusión de la historia de la zona, y, en consecuencia, de toda Galicia".

El regidor fisterrán también le presentó un acuerdo plenario en el que todos los grupos apoyaron la puesta en marcha de un centro para exhibir el patrimonio arqueológico, ya que todas las piezas recuperadas se exponen en el Museo del Mar de Vigo. Varios colectivos vecinales ya mostraron su rechazo a que los restos se depositen en otro lugar fuera de Fisterra.

La campaña de prospecciones arqueológicas desarrollada el pasado año en Fisterra fue promovida por la Xunta en colaboración con el Ministerio de Cultura y los trabajos estuvieron dirigidos por el arqueólogo Miguel San Claudio. Además de los pecios de gran valor histórico, durante las prospecciones se descubrieron objetos de todo tipo, desde restos de vajillas hasta cubiertos e incluso jeringuillas. Durante un mes se realizaron más de 200 inmersiones en la zona.