A pesar de que se cumple casi un año desde que se iniciaron los preparativos para el derribo del hotel Maxi, situado en Santa Cruz y cerrado desde finales de 2006, la demolición del edificio todavía no se ha hecho efectiva. El alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, confirmó ayer que el inmueble no se tirará hasta que la Xunta no dé su visto bueno a la modificación del Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) propuesta por el Concello para beneficiar a los hoteles.

"Sigue pendiente de una modificación puntual del plan, que tiene que aprobar la Xunta para después construir el nuevo establecimiento al amparo de una normativa urbanística especial para hoteles", manifestó ayer García Seoane, en el transcurso de la cena anual de la formación que preside, Alternativa dos Veciños.

El evento, celebrado como viene siendo habitual en el mesón de Pastoriza, reunió un año más a decenas de simpatizantes de la formación política. En su discurso, el alcalde aprovechó para arremeter contra la Xunta y recordó que en la actualidad, la inversión del Ayuntamiento en servicios que son de competencia autonómica supera los dos millones de euros, mientras que del Gobierno gallego el Concello recibe "estrictamente aquello que no le puede quitar, como es el fondo que el Estado le entrega para que reparta en los concellos y que en el caso de Oleiros no alcanza el millón de euros".

Advirtió, así, de que el Ayuntamiento no tiene previsto asumir las obligaciones del Gobierno gallego "en asuntos de su competencia, como son la sanidad, el transporte, los centro de día o las carreteras".

García Seoane reconoció que el "fuerte bajón" de ingresos por el cobro de tasas e impuestos de la construcción y los servicios vinculados, como pueden ser licencias, plusvalías y venta de suelo, afecta a los recursos económicos propios "tanto ordinarios como extraordinarios, con los que se financiaban la mayor parte las obras y equipamientos públicos".

Recordó, no obstante, que en 2012 empezarán a pagar el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) los propietarios de las fincas que han sido calificadas como urbanas en el nuevo PGOM y que "suman un total de 1.800 nuevas altas". "Es decir, gracias a la buena gestión de recursos propios podemos ir salvando el mantenimiento de los servicios y actividades e ir abordando, de forma paulatina, las nuevas obras y equipamientos dotacionales", subrayó.

También sobre el plan general de ordenación, el alcalde informó de que realiza gestiones ante la Xunta "para que reconsidere la decisión del anterior gobierno (de rechazar como urbanos 13 núcleos en el plan general de 2009) e intentar liquidar el tema sin necesidad de pleito". De hecho, Alternativa dos Veciños recurrió esta medida ante los tribunales y García Seoane informó de que el recurso presentado por la formación política "debe estar próximo a su resolución".

Un dique contra el 'tsunami' azul

No faltó en su discurso una referencia al centro de día de As Galeras -"anúnciovos que imos tomar Santiago"- ni a las pasadas elecciones generales. Manifestó así que la cena anual de su formación, que se ha convertido en una tradición, "es la prueba de la fuerza de Alternativa dos Veciños".

"Gracias a esa fuerza el tsnunami de la marea azul no pudo romper los diques fabricados por el movimiento social de Alternativa dos Veciños. La mayoría de los oleirenses demostraron que somos un concello singular", sostuvo.