El Concello de Carballo remitió ayer a la Xunta la documentación requerida por la Secretaría Xeral de Ordenación del Territorio para completar la que faltaba en el Plan General de Ordenación Municipal (PGOM), enviado el pasado 28 de octubre a la Administración autonómica para que emita el informe previo correspondiente. Este será probablemente el penúltimo viaje del plan general entre Carballo y Santiago, ya que es casi seguro que Urbanismo emita un informe desfavorable y el Concello deberá corregir las cuestiones que se exijan.

En una reunión mantenida entre el alcalde, la concejal de Urbanismo y la secretaria de Urbanismo en el mes de octubre, esta ya les avanzó verbalmente que al no modificar las principales cuestiones que se pedían, el informe sería similar al del 2009. Hace casi dos años, Urbanismo emitió un informe desfavorable y solicitaba la revisión de varios aspectos referidos principalmente a la excesiva capacidad residencial prevista.

En el planeamiento, con una vigencia para doce años, se contempla la construcción de 16.700 nuevas viviendas y una población de 62.100 habitantes, el doble de la actual. Urbanismo consideró entonces que las previsiones eran "desproporcionadas", por lo que mantendrá una postura similar, ya que la situación apenas ha variado desde entonces, excepto que la construcción aún se ha estancado más.

La Xunta tiene un plazo máximo de dos meses para emitir su informe, por lo que es probable que en este tiempo se dicte la sentencia definitiva sobre el PGOM, que fue anulado por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia en el 2007. El Concello presentó un recuso de casación al Supremo y en el mes de octubre se celebró la vista previa, por lo que el Gobierno local anunció que el fallo sería inminente.

Si se confirma la anulación definitiva, como parece más probable, en Carballo volverán a regir las normas subsidiarias de los años 80, que poco tienen que ver con la realidad actual, por lo que habrá zonas donde se suspenderán de nuevo las licencias. Mientras, el PGOM seguirá sus trámites hasta la aprobación definitiva, que todavía está lejos.