Un grave atropello en pleno paso de peatones hace unos dos meses ha sido lo que ha terminado de concienciar a los vecinos de Montrove de la necesidad de que mejore la seguridad vial en un tramo de la carretera que une Perillo con Sada, justo antes de llegar a la zona de Lamastelle. Tras este accidente, cuya víctima "aún está convaleciente", realizaron una reunión y planean "tomar medidas" de protesta, entre ellas cortar el tráfico.

Los residentes denuncian la "inseguridad en la que viven desde que se reformó este tramo de carretera hace unos tres años y se cambió de ubicación el paso peatonal y la parada de autobús, además de eliminar un arcén. Señalan que el paso de peatones "está casi en la curva" y tiene "poca visibilidad" por lo que creen que sería necesario colocarle iluminación y una mejor señalización (también horizontal), o volver a colocarlo en su lugar original.

Los vecinos alertan de que los vehículos procedentes de Sada y que dirigen a A Coruña "circulan como si fuese una vía interurbana, a gran velocidad" y también que muchas veces "se comen el bordillo en la curva". Alertan de "accidentes por alcance continuamente" y reclaman bandas rugosas.

Si los vecinos están preocupados, los empresarios y hosteleros de esta zona, la única de Montrove con actividad empresarial, están mucho peor. "Desde que remodelaron este tramo de carretera la clientela nos bajó al 50%. Toda la gente que paraba a desayunar aquí todas las mañanas antes de llegar a A Coruña ya no lo hace por todas las maniobras y desvíos que tienen que hacer porque no pueden girar directamente hacia la cafetería, denuncia Antonio Rivas, de la cafetería-restaurante Montrove.

"Con la reforma quitaron todas las plazas de aparcamiento y delante pusieron la parada de autobús y la policía está todo el día poniendo multas a nuestros clientes por aparcar en la acera o en la parada de bus. Y así, no viene nadie", declara Roberto Martínez, de La Paella de Roberto.

"A nosotros nos quitaron el trozo de arcén de delante de la guardería y ahora los padres tienen que dejar los coches aparcados encima de la calzada, pues no nos caben todos en la entrada, con el peligro que hay. Otros padres aparcan enfrente y cruzan la carretera con sus niños pequeños en brazos. Los niños de la urbanización de al lado, tienen que traerlos en coches porque no pueden andando, no hay arcén", critica también la responsable legal de la guardería Reberte, Fuensanta Fernández, situada también en este tramo de vía.

"Pedimos hace años un paso de peatones", añade Fernández, quien señala que desde la Xunta vinieron a comprobar la situación y dijeron a los vecinos que el Concello había pedido la remodelación.