Las aguas de baño de diez playas de la comarca coruñesa y de la de A Costa da Morte rozaron este verano el valor máximo de bacterias según los análisis efectuados por la Consellería de Sanidade en los arenales cada quince días desde poco antes de iniciarse la temporada de salvamento. Las analíticas miden la presencia de coliformes fecales (E.colli) y enterococos intestinales.

La Xunta desde el año 2009 aplica como valor límite la presencia de 1.500 gérmenes por cada 100 mililitros de agua de mar (1.500UFC/100ml). Diez playas de estas dos comarcas de la provincia han rozado este máximo en distintos controles este verano: Area da Vila en Camariñas; Estorde y A Concha en Cee; Sardiñeiro en Fisterra, la playa Maior de Malpica, Arnela en Ponteceso, Centroña y Ber en Pontedeume y Morazón y Delicias en Sada superaron las mil bacterias por cada 100 mililitros de agua en alguna de las analíticas.

Si el máximo son 1.500, las dos de Pontedeume, una de Camariñas y otra de Cee estuvieron entre los 1.350 y los 1.400 coliformes. A partir de las 1.500 bacterias en varias analíticas la Xunta ya incluye ese arenal como de calificación anual insuficiente. Así ocurrió en 2011 con diez playas en las que desaconsejó el baño por sus malos resultados seguidos: A Concha (Cee), Sardiñeiro (Fisterre), Camelle (Camariñas), Arnela (Ponteceso), Maior (Malpica), Ría de Barrañán (Arteixo), Santa Cruz Porto (Oleiros), Delicias (Sada), Regueiro y O Pedrido en la margen derecha (Bergondo).

Sanidade apunta también que el valor guía para considerar que una agua de baño es de buena calidad son los 100 gérmenes capaces de colonizar presentes por cada 100 mililitros. En este caso, las playas que superan este umbral son muchísimas más en las dos comarcas.

Al finalizar este mes de septiembre la Dirección Xeral da Saúde Pública de la Xunta realizará una media de resultados de cada arenal para poner la nota final, la cualificación media que indicará si las aguas son de calidad insuficiente, suficiente, buena o excelente.

Los vertidos, sobre todo procedentes de colectores de aguas fecales y otros que se arrastran desde los ríos, son las fuentes fundamentales de la presencia de este tipo de bacterias en las playas.