El primer presupuesto de Betanzos en cuatro años, reprobado por la mayoría del pleno y que ve la luz tras fracasar una cuestión de confianza, se enfrenta ahora a un nuevo escollo. Los dos sindicatos mayoritarios de Betanzos, la Confederación Intersindical Galega por parte del comité de empresa y CSIF por la junta de personal impugnarán las cuentas tras detectar "numerosas irregularidades" en la Relación de Puestos de Trabajo y el plan de empleo, según informaron ayer los responsables de los trabajadores.

El CSIF presentará mañana sus alegaciones al presupuesto. La CIG agotará el plazo, que finaliza el próximo día 1 de octubre. A partir de ese momento, el Concello tendrá un mes para convocar el pleno en que se debatan las exigencias de los trabajadores. Ese plazo permitirá a los sindicatos recabar apoyos entre los grupos municipales y CSIF no perderá el tiempo. Un portavoz informó ayer que nada más presentar las alegaciones tiene previsto reunirse con los responsables de PSOE, BNG, PP y CxB para trasladarles sus propuestas y solicitarles su apoyo. Los trabajadores precisarán del apoyo, al menos de PP y BNG, los grupos que votaron en contra del presupuesto y que más duramente han criticado la política de personal del Gobierno local.

Los dos sindicatos se mostraban ayer pesimistas acerca del resultado de la votación plenaria. La CIG tiene claro que, aunque prospere alguna de sus propuestas, la mayoría se dirimirán por la vía contenciosa. El sindicato informa actualmente a los trabajadores para que presenten alegaciones particulares y vaticina una aluvión de reclamaciones.

Los representantes de los trabajadoras aseguran que se han encontrado con muchas más modificaciones de las anunciadas. "Cambios de categorías, asignaciones a personal que a unos se le retribuyen y a otros no", son algunas de las "irregularidades citadas por los sindicatos.

CIG y CSIF inciden además en la falta de negociación real que precedió a la aprobación del presupuesto, que se elevó a pleno solo un día después de que se celebrase la mesa de negociación, que votó en contra de las cuentas, que les fueron presentadas después de que el Gobierno local alcanzase un acuerdo con Cidadáns por Betanzos (CxB) que le despejaba el camino al disipar la posibilidad de una moción de censura. Solo UGT y Comisiones se abstuvieron. La falta de negociación previa es precisamente uno de los argumentos en la que CIG y CSIF basarán su impugnación. "Preguntamos si había una posibilidad real de negociación y nos respondieron que no se iba a modificar", relataba ayer la portavoz de la Confederación Intersindical Galega, Silvia Muíño. En la misma línea, CSIF ya ha anunciado que exigirá que se reabra la mesa de negociación.

El mismo reproche que BNG y PP le hicieron al alcalde, Ramón García, en pleno. Nacionalistas y populares coinciden con ambos sindicatos en que la mesa de negociación fue tan solo un "paripé". El alcalde, Ramón García, admitió que el proceder no había sido el deseable. "Creo que es uno de los temas que hay que mejorar y desde luego vamos a procurar, dentro de lo que hay, mejoras las líneas de diálogo", respondía hace dos meses a este periódico al ser consultado sobre los motivos por los que se les dejó tan poco margen de maniobra a los trabajadores.

El regidor tampoco negó la existencia de arbitrariedades en la valoración de puestos de trabajo que denuncian los sindicatos. "Dado que ahora está congelada la masa salarial para que unos suban o se adapten otros tienen que bajar", respondía al ser preguntado sobre las desigualdades criticadas por algunos trabajadores.

La posibilidad de una impugnación por irregularidades en la Relación de Puestos de Trabajo y su valoración ya se puso sobre la mesa en el pleno que, con los votos en contra del PP y BNG, aprobó el presupuesto. Ramón García manifestó ya entonces su respeto hacia la decisión de los trabajadores. "Están en su derecho, pero ya ahí ya no tengo que decir", sostuvo.