Dos edificios ubicados en el municipio de Oleiros están incluidos en el registro Docomomo, una organización internacional creada en 1990 con el fin de inventariar, divulgar y proteger el patrimonio arquitectónico del Movimiento Moderno. El Docomomo Ibérico tiene catalogadas la Casa Caramés en Perillo y la Casa Cervigón en Santa Cristina, las dos construidas a mediados de los años treinta del siglo pasado.

Tras A Coruña con 23 inmuebles, Oleiros es el concello de la comarca coruñesa con más edificios incluidos en este catálogo y uno de los tres ayuntamientos del área metropolitana con presencia en el Docomomo. El otro es Culleredo, que aporta la Universidad Laboral Crucero Baleares.

Documentation and Conservation of buildings, sites and neighbourhoods of the Modern Movement, más conocido como Docomomo, ha sido recordado la pasada semana en la comarca con la celebración del Día de la Arquitectura y la visita del Colegio de Arquitectos de A Coruña a la Lonja del Gran Sol, otra construcción que figura en este registro constituido en fundación.

La Casa Caramés es un edificio situado en la Avenida das Mariñas número 345, muy cerca del puente de A Pasaxe, y que tiene vistas a la ría de O Burgo. Es una casa muy reconocible, pintada en blanco y coral, que José Caridad Mateo proyectó para el señor Caramés en 1935.

Según documenta el Docomomo, al construir el puente de A Pasaxe y trazarse los nuevos accesos a A Coruña a partir de los primeros años del siglo XX, se inició la edificación de viviendas unifamiliares en las inmediaciones de la ría como este chalé.

La Casa Caramés ocupa la parte superior de una parcela en pendiente hacia la ría. Caridad Mateo aprovechó esta pendiente natural para el jardín y diseñó el aprovechamiento de las aguas grises para regarlo.

El inmueble consta de tres plantas que surgen a partir de un núcleo vertical, una torre que alberga las escaleras y los aseos. Es una composición volumétrica "muy sofisticada", según describe el exdecano del Colegio de Arquitectos de Galicia Celestino García Braña para el Docomomo, y en la que se incluyeron "soluciones a problemas latentes en la modernidad del momento tanto en cuestiones espaciales como técnicas", entre ellas un "tratamiento singular de los espacios de gimnasio y comedor de verano, abiertos a la parcela sin ningún tipo de cerramiento".

Otra característica de este chalé es el "gran espacio único y ajardinado del hall, con la galería de plantas y la sala y el comedor compartimentados mediante correderas", añade el arquitecto García Graña.

La Casa Cervigón, el otro inmueble del movimiento moderno (que no modernista) en Oleiros es otro edificio reconocible situado en el Camiño do Polvorín, a la altura de la estatua del Ché.

El enorme jardín de la casa desemboca al borde del final de la playa de Santa Cristina. Celestino García cuenta que Jordi Tell Novellas proyectó este inmueble para los hijos de Emilio Cervigón en una gigantesca parcela cuando estuvo, brevemente, de paso por A Coruña "después de ser capturado y encarcelado y antes de pasar a la zona republicana junto con los hermanos Caridad Mateo".

La familia Cervigón dirigió uno de los aserraderos y fábrica de muebles más prósperos de A Coruña (su primera sede fue al borde de la playa del Orzán) pero dos incendios registrados en menos de cuarenta años redujeron a ruinas el negocio que se había iniciado en 1860. Algunas de las sillas del Palacio Municipal coruñés, por ejemplo, aún llevan grabado el nombre Cervigón. El chalé que Jordi Tell diseñó para los hijos de Cervigón en Santa Cristina plantea una "interesante integración de los espacios interiores en el exterior", según describe el exdecano de los arquitectos gallegos.

La sala de estar por ejemplo está totalmente abierta al exterior mediante un espacio cubierto por la terraza de los dormitorios y desde el que se domina el jardín y las vistas a la ría. Cuenta con un gimnasio cubierto volcado hacia la piscina y la cancha de tenis protegida de los vientos mediante un muro que parte del volumen de la casa.

La organización interior de la vivienda también se realiza a partir de un núcleo con entrada y comunicación vertical separadas que recoge todas las dependencias del servicio. El comedor, la sala de estar y el bar están situados tres peldaños por debajo del resto de la planta baja y forman "un espacio único pero divisible mediante puertas correderas ocultas, en la mejor aspiración a la fluidez de los espacios interiores", según describe Celestino García.

En la actualidad existe otra Casa Cervigón en la denominada milla de oro de Oleiros, la zona ajardinada al borde de la playa de Bastiagueiro, donde residen otros importantes empresarios gallegos.

La Fundación Docomomo Ibérico, con sede en Barcelona, coordina la consecución de los objetivos de estudio y conservación de esta arquitectura en España y Portugal desde el inicio de sus actividades en 1993 mediante la organización de congresos, la edición de publicaciones y distintas campañas divulgativas.