Para criar a su prole, Manuela Sabio recogía angulas en la ría de O Burgo. Dedicó a este oficio, duro y sacrificado, gran parte de su vida. Ahora, ya retirada, aún contempla el estuario desde O Temple, su parroquia. Han pasado muchos años, y la ría ya no es la misma. La presión urbanística y los vertidos le han pasado factura. Los años han tratado mejor a Manuela. Esta vecina cumplió ayer cien años arropada por familia y allegados y sin perder la sonrisa. Y su lucidez.

El alcalde de Cambre, Manuel Rivas, no quiso perder la oportunidad de felicitar en persona a esta mariscadora retirada. Acompañado por la concejala María Jesús González Roel, el regidor se desplazó hasta la casa de su tocaya centenaria para cumplir una promesa. La que le hizo hace algunos meses en un acto de la tercera edad, llevarle un ramo de flores por su centenario.

La visita dio pie a una agradable charla. La homenajeada y su hija, Pilar, recordaron lugares como la desembocadura del río Mero, donde Manuela pasaba gran parte de su jornada laboral. Ahora, lamenta, ya no queda ni rastro de ese tipo de cría de la anguila. Ya retirada, esta centenaria sale de casa cuatro o cinco veces al día. Pasea por la zona de la ría y es asidua a las actividades de la tercera edad.