"Vamos a acabar con esto, ya hemos explicado suficientemente lo que hay. Todo esta dicho". Con estas palabras el alcalde de Cesuras, Julián Lucas, ponía ayer punto final al largo, bronco y concurrido pleno que daba luz verde definitiva a la fusión con Oza dos Ríos. A cinco kilómetros, con más mesura y sin apenas público, el PP de Oza aprobaba, también en solitario, una alianza que saltará directamente del pleno a los juzgados, tras el anuncio de la oposición de impugnar el acuerdo al entender que incumple la Lei de Administración Local de Galicia en cuanto al quórum necesario. "Serán los tribunales los que decidan", advirtió la socialista, Pilar Pedreira.

La primera fusión en Galicia en 44 años alumbrará un municipio de poco más de 5.000 habitantes y vio la luz con crespones de luto en las solapas de Independientes por Cesuras y los vecinos y pintadas en las paredes del Concello, borradas con premura horas antes del pleno. También hubo lágrimas por la "desaparición de Cesuras" y vítores en el bando vencedor por la aprobación de una alianza "absolutamente beneficiosa". Lo que no faltaron fueron los reproches, muchos reproches. Sobre todo a raíz de la sorpresiva entrada en escena del presidente de la Diputación, Diego Calvo, para la oposición el "instigador" de una alianza "impuesta" sin diálogo y un plan "riguroso" de futuro y con el "único fin de crecer políticamente". "Solo humo. Palabras y más palabras", lamentaba en independiente Lito Vázquez.

Opiniones aparte, el primer trago de este "venturoso" futuro de Oza-Cesuras que promete el PP fue amargo. Incluso para sus más acérrimos defensores. Sobre todo en Cesuras, donde el alcalde, visiblemente nervioso intentó sin éxito acallar los gritos, abucheos e incluso insultos que sucedieron la entrada del presidente provincial en el salón de plenos. Diego Calvo encajó las increpaciones con una sonrisa que no ocultaba, ni de lejos, su tensión, acrecentada por los ataques entre vecinos, con comentarios fuera de tono entre algunos asistentes, entre ellos, el hijo del primer teniente de alcalde, que hicieron del pleno una bronca de taberna.

Fue la guinda de un pleno que finalizó de forma abrupta y que se enquistó en corrillos de pasillos y en la puerta del Concello, donde algunos de los concejales se enfrentaron a gritos. Por lo demás, el guión fue el esperado. El PP apenas habló. El edil José Manuel Manteiga insistió en que es la unión será "ventajosa" y rehusó entrar en lo que considera "motivos anecdóticos", en alusión a la ausencia de consignación para Oza y Cesuras en el presupuesto autonómico de 2013 y que el PP está seguro de que vendrá en forma de "partidas genéricas". El PP se opuso a aceptar ninguna de las alegaciones de vecinos y oposición, entre ellas la de realizar una consulta popular, al entender que eran "simples reiteraciones dirigidas a paralizar el proceso". Los populares apelaron a los resultados de las últimas elecciones autonómicas en Oza y Cesuras como el mejor aval al respaldo vecinal. Y lo mantuvieron pese al sarcasmo que suscitó su argumento entre la oposición. "Yo pensaba que el 22 de octubre se elegía presidente", replicaba con sorna Lito Vázquez. El Gobierno local reiteró también su voluntad de llegar a acuerdos en todo momento, algo que suscitó más de un chascarrillo entre la oposición, que recordó que esperan desde hace seis meses a que el Gobierno local les convoque a una reunión.

El futuro de Oza-Cesuras está en el aire. La aprobación definitiva abre un largo proceso administrativo en las dependencias de San Caetano que correrá paralelo a un proceso judicial. Las dudas jurídicas sobre la mayoría precisa para aprobar este acuerdo no son los únicos que enturbian este hecho histórico. Entre los cesuranos la inquietud se palpa en las calles y en las conversaciones de café. Y ha alumbrado dos plataformas vecinales, una contraria y otra proclive a la alianza. Los primeros, como la oposición, creen que se trata de una "absorción encubierta" que supondrá la "muerte" de Cesuras. "Ya han tomado la decisión de vender los restos del Concello tras practicarle una eutanasia activa durante años", le reprochaba el independiente Lito Vázquez al PP entre aplausos del público. El PSOE comparte el diagnóstico. "Es un suicidio", lamentaba Pilar Pedreira. Todo lo contrario que opina el PP, que ve en la alianza una tabla de salvación para un pueblo aquejado por una constante pérdida de población. La fusión da ahora sus primeros pasos. Y la Corporación, tanto en Oza como en Cesuras, solo comparte una convicción . "El tiempo dirá".