El próximo mes de mayo hará cinco años que los propietarios ocuparon las viviendas de protección de Mesón da Auga en O Carballo. En este lustro la enorme ilusión inicial de estos jóvenes oleirenses ha ido derivando en amargura, desengaño, sufrimiento, desesperanza, rabia, impotencia, angustia y en algunos casos hasta enfermedad. Un colosal despropósito en la gestión de estas más de 180 viviendas ha hecho que cinco años después de estar ocupadas, presenten tal grado de deterioro que "parece que tienen cuarenta años". La Xunta acaba de adjudicar hace una semana, por fin, la reparación de humedades, filtraciones y defectos de instalación pero los afectados están ya tan quemados que no descartan ir a por la vía judicial.

-¿Cuándo notó las primeras deficiencias en su vivienda?

-Desde el primer día que entramos. El baño estaba al revés de como venía en los planos. Las bisagras son de plástico y al abrir la ventana se te descuelgan. También los grifos del baño son de plástico, debieron de comprar los más baratos. Y los azulejos son de 19x19, solo los hay en Portugal, aquí no puedo conseguirlos, son de 20x20. Rompí dos veces tuberías porque no estaban donde decían los planos. Este verano pasado pinté la entrada de casa y ahora ya se cayó toda la pintura por la humedad. Cuando nos entregaron las viviendas tuvimos la mala suerte de que entramos en mayo. Al llegar el invierno y ver que hacía más frío en casa que fuera, es cuando nos dimos cuenta de que algo estaba muy mal. La ropa, si la tienes dos días en el armario, ya te huele mal, a humedad. Tenemos dos deshumidificadores funcionando continuamente y una estufa en el salón porque controlas más el gasto que si pones la calefacción. Los techos de los baños están negros... No sé sino sería mejor tirar todas las casas y hacerlas de nuevo.

-¿Su vivienda entra en esta fase de reparación que ha adjudicado la Xunta?

-Sí, pero solo me arreglan un escalón y la entrada, porque tienen que aislarla, no tiene caída y el agua entra dentro. También entra agua por el hueco del cable de la bombilla del techo. En su día ya sellaron pero no duró. Se habla de primera fase de reparación, pero no tenemos constancia de que haya una segunda fase. Además, la Xunta, de las 110 viviendas unifamiliares solo va a arreglar 21, y de estas, solo en 8 realizarán reparaciones en profundidad, cuando en realidad tendrían que repararlas todas.

-¿Cómo pueden aparecer tales desperfectos al poco tiempo de estrenar las viviendas?

-Mira, se habla de mala ejecución, de que utilizaron otros materiales que no eran los acordados... Pero en realidad no sabemos nada. Lo increíble es que ni Xestur ni el Instituto Galego de Vivenda nos ha querido dar una copia de la peritación que hicieron de las casas así que no sabemos de verdad cuántas están mal, qué daños tienen realmente, si las reparaciones que van a hacer son las necesarias, ni sobre todo las causas de semejantes desperfectos. La Xunta analizó las casas, hizo catas, tiene que saber qué materiales se utilizaron en realidad, de quién es la culpa y tomar medidas. Hemos reclamado el peritaje, Vivenda dice que no lo tiene y Xestur ni nos contestó. Fuimos al Valedor do Pobo y nos dio la razón, imaginamos que exigirá a Xestur el peritaje.

-Usted y otros integrantes de la asociación acaban de tener hoy (por ayer) una reunión con el alcalde. ¿Cómo ha ido?

-Desde el Ayuntamiento siempre nos han apoyado. Nos han puesto en contacto con sus técnicos para facilitarnos documentación urbanística, el expediente de la obra de cara a iniciar ya acciones legales. Pecamos de inocentes, tuvimos mucha paciencia pero ya se acabaron los plazos de confianza y vamos a ir por otro camino. Es muy difícil poner a todos los afectados de acuerdo, pero sea desde la comunidad de vecinos, desde la asociación o agrupados vecinos individuales, ya estamos hablando con abogados para ver cómo hacer. La Justicia nos dará la razón, pero pasarán años, gastaremos más dinero... Ya en su día quisieron que renunciáramos a iniciar acciones judiciales.

-¿Quién?

-Xestur. En una reunión que fimos a Santiago nos presentaron el proyecto con las actuaciones de reparación que proponían y nos dieron también papeles para que firmásemos todos los propietarios de que renunciábamos a cualquier reclamación judicial si hacían estas mejoras. No lo firmamos, hicimos nuestro propio documento en el que firmamos que aceptábamos los arreglos pero que eso no suponía renunciar a acciones judiciales.

-¿La vía judicial la estudian ahora que van a iniciar el arreglo?

-Sí porque no sabemos cuándo van a empezar las obras, no estamos de acuerdo en que solo se arregle parte de las casas, ni tampoco en que no se incluyan más mejoras.

-¿Se arrepiente de haber comprado vivienda en Mesón da Auga?

-Sí, me arrepiento muchísimo. En su día pagamos con unas condiciones muy duras, cinco trimestrales de 2.500 euros y 12.000 euros al final, y era duro hacer frente a estos pagos. Lo hicimos, y luego se creó la asociación porque no nos daban entregado las casas... A veces hasta dices odio mi casa. Nos sentimos estafados por la compra de estas viviendas. Algunos dicen que al ser viviendas de protección, que no nos quejemos, como si nos las hubiesen regalado. Y que sean de protección no significa aceptar que no te puedes bañar porque se hunde la bañera, que se te caiga el cotegran de la fachada con pasarle el dedo, que en la casa de al lado van al baño y te queda un olor en tu casa... Tienen cinco años y parece que tienen treinta. Yo invito a responsables de Xestur y Vivenda a pasar una semana, en invierno, en mi casa. Y luego hablamos.

-¿Están afectadas todas las casas?

-Había algunos propietarios que quedaban, que nunca se quejaron hasta este invierno, que está siendo terrorífico, porque han advertido humedades...