Abandonados o relucientes, de piedra o pintados en color, privados o de titularidad municipal y uso público, de estilo sencillo o hasta con torreones. Los ocho pazos recogidos en el catálogo de patrimonio del Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) de Culleredo presentan características diversas y cuentan con diferentes niveles de protección, en ningún caso el más elevado.

El pazo de Vilaboa, edificado en el siglo XIX sobre los restos de una antigua casa y que evoca con sus torreones y almenas las antiguas fortalezas gallegas, figura entre los inmuebles protegidos por el PGOM cullerdense, aunque en el grupo de los que disponen del menor nivel de conservación. La construcción dispone de protección ambiental. El catálogo de patrimonio establece el mismo rango de protección para el pazo de Vigovidín y para el pazo dos Serrano, también llamado Villa Celina. Este último inmueble se encuentra abandonado y en mal estado de conservación, mientras que el pazo de Vigovidín se usa como vivienda particular.

En el otro lado, el de los pazos con nivel de protección medio, figuran cinco construcciones. El pazo de Correa, también conocido como Villa Melania, se encuentra en este listado. El inmueble es el único de los ocho pazos protegidos por el catálogo de patrimonio que pertenece al Ayuntamiento. En la actualidad, alberga diferentes usos públicos. El pazo de Lembeye, que perteneció a la familia del investigador Juan Lembeye en el siglo XIX, recibe la misma catalogación, igual que el pazo de San Fernando, el pazo de Naveiras y y el pazo do Vilar, los tres construidos en el siglo XVIII.