"Soy católico, hijo de católicos y nieto de católicos; estoy orgulloso de mi ideología, por lo que no tengo problema en hacer actuaciones para la Iglesia". Con esta defensa de sus creencias religiosas, el concejal de Obras y Servicios, José Ramón Amado, pretendió zanjar las críticas de la oposición, que reprochó al Gobierno local que sufrague con fondos públicos el mantenimiento de zonas verdes pertenecientes a la Iglesia. "Son zonas en las que se reúne la gente", esgrimió el alcalde, Carlos Calvelo. "No hay nada malo en limpiarlas", prosiguió.

"Es curioso escuchar a un dirigente del Partido Popular decir que las mejoras en las iglesias se deben a motivos ideológicos", espetó el portavoz del PSOE, Martín Seco, para después confesar que él también es hijo de madre católica y que incluso un tío suyo fue sacerdote. "Pero no por eso el Gobierno local debe seguir los dictámenes de la sotana", reprobó el edil socialista. También los nacionalistas cuestionaron este gasto y recordaron que las creencias religiosas pertenecen al ámbito "privado" de las personas.