El porvenir dulce, efervescente y refrescante que auguraba el plan de viabilidad de la primera fusión gallega en 45 años hace aguas. La aprobación definitiva de la fusión con los únicos votos del PP pronto cumplirá un año y las obras comprometidas se resisten, el ahorro en gasto político no se ha cumplido y la empresa en que Oza-Cesuras depositaba sus esperanzas de creación de empleo y riqueza, Coca-Cola, ha anunciado el cierre de cuatro plantas y la destrucción de 1.200 empleos en España. La chispa de la que presumió siempre la compañía brilla hoy a medio gas y amenaza uno de los pilares sobre los que los alcaldes asentaron esta alianza pionera.

El proyecto de viabilidad de la fusión vaticinaba que "la instalación de una gran empresa como es sin duda Begano" dejaría "cuantiosos ingresos" en las arcas municipales -unos 600.000 euros anuales- y un "gran número de puestos de trabajo directos". La fusión tropezó con una empresarial que alumbró una macroembotelladora única, Iberian Partners, que ni siquiera tiene aún la titularidad de los terrenos que en su día fueron recalificados para Begano. El suelo pertenece a Gadisvén, aunque Begano tendrá una opción preferente de compra durante tres años. "Pase lo que pase tenemos unos terrenos recalificados de uso industrial", se consuela el presidente de la comisión gestora, Pablo González.

El Gobierno local confía aún en que la empresa construirá en Oza-Cesuras la "planta del noroeste de España", pero sin ningún tipo de garantías por escrito. Como tampoco para el desembarco de Ence. Responsables de la empresa y el Ejecutivo municipal han ofrecido varias charlas en el flamante municipio para informar de las bondades del cultivo de la biomasa, pero la implantación de la empresa todavía carece de garantías.

Solo la Diputación ha cumplido su promesa de premiar a "los valientes" con ayudas extra. Ni la Xunta ni el Estado han dado aún ningún paso para plasmar su apoyo más allá de los victoriosos apretones de mano que siguieron al anuncio. El germen del proceso, la guardería, prosigue sin fecha. Oza-Cesuras presentará mañana su imagen corporativa. Y lo hará solo con promesas. Un espejo en el que otros alcaldes parecen pocos dispuestos a mirarse.