Entran cada día 160.000 vehículos en A Coruña procedentes de toda la comarca y 876 autobuses. Cuando se producen un par de choques por alcance en la avenida Alfonso Molina, los colapsos de tráfico llegan a las dos horas, con caravanas de coches desde el centro coruñés hasta Santa Cruz en Oleiros. Sin embargo, "no se puede perder ni un minuto más para darle prioridad al transporte por carretera", según explicó la concejal de Tráfico y Movilidad Begoña Freire, cuando anunció recientemente las principales propuestas del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) del Concello de A Coruña. De nuevo queda marginada lo que para muchos expertos es una medida sencilla, cómoda y barata que implicaría lo que en estos tiempos es oro: aprovechar los recursos existentes y gastar lo mínimo. Por eso el tren de cercanías se queda para más adelante y el plan coruñés, por tren, solo llega a Cambre.

Dos ingenieros de obras públicas, el prestigioso Xosé Carlos Fernández Díaz (experto en el ferrocarril gallego) y José Ángel Roca Sánchez, han elaborado una propuesta para mejorar la infraestructura ferroviaria y ofrecer servicios de proximidad a A Coruña y la comarca. Su proyecto, que incluye estudio de costes, gastos de explotación y hasta frecuencias, prevén darlo a conocer a los responsables de las Administraciones públicas y colectivos de todo tipo.

José Ángel Roca explica que no se trata de pedir frecuencias cada quince minutos del tren de cercanías porque no es la demanda existente ni existe suficiente población. En el estudio de estos ingenieros se subraya que a Renfe le bastaría con poner dos trenes más, dos automotores de 56 y 126 plazas respectivamente, que realizarían diez recorridos completos de cercanías al día en la línea entre A Coruña y Betanzos y que darían servicio también a Culleredo, Cambre y Bergondo.

Las actuaciones que proponen para su ejecución inmediata es la recuperación de la doble vía que Renfe clausuró en Cambre y que permitía que se cruzasen dos trenes en sentidos contrarios, ganando así tiempo. Junto a la recuperación de la vía de cruce en Cambre, plantean la construcción de nuevos apeaderos en: Matogrande, As Xubias, Ponte Pasaxe, Fonteculler, A Marisqueira y Guísamo. Han calculado el coste de construir cada apeadero en unos 80.000 euros.

"Junto a los apeaderos y estaciones se implantarían los aparcamientos disuasorios, se dejaría allí el coche y también podrían ir hasta allí los buses", destaca Roca. Los horarios se combinarían con los del ferrocarril convencional y de los autobuses, también los que circulan por el rural.

El principal handicap, según cree Roca, es la fuerza de las compañías de autobuses. Funcionan bien en Galicia y no verían con buenos ojos la competencia del tren. Estos ingenieros sin embargo creen que podrían ser servicios complementarios, y además, con la liberalización ahora del sector ferroviario también podrían optar los buses a líneas de tren. "A partir de determinados volúmenes de tráfico los servicios de autobús no son suficientes y contribuyen a aumentar la congestión vial y la contaminación", añade.

"El trazado de las líneas de bus a Nós y a Cambre coincide con la línea del ferrocarril, van casi paralelos por As Xubias, O Burgo, Nós, y estas dos líneas ya suman una un millón de pasajeros de bus y otra 400.000", afirma Roca, que apunta que el cercanías de Zaragoza, por ejemplo, tiene unos 400.000 pasajeros al año.

"Para que esto se ponga en marcha y funcione hace falta voluntad política, que se implique la Xunta para hablar ante Renfe, pero también que se planifique en conjunto entre todos los concellos", subraya.