Los restos de un pilar de hormigón es la única huella que queda hoy en día de lo que fue un chalé de considerables dimensiones, con bajo y una planta y hasta una gran terraza, plantificado en medio de una isla, la Illa do Portelo, frente a la capilla de Santa Ana en Mera. El inmueble fue demolido por el Ayuntamiento de Oleiros el 15 de mayo de 1989, hace ahora 25 años.

Una sentencia de la Audiencia Provincial emitida hacía dos meses había determinado que el chalé había sido levantado en 1980 sin licencia municipal. Tras esta resolución judicial la Comisión de Gobierno del Concello, con el actual alcalde, Ángel García Seoane, al frente, ordenó el derribo de la vivienda ilegal, levantada por la Sociedad Cornide SA, representada por Tomás Rodríguez Sabio, un emprendedor muy conocido en A Coruña, que fue gerente de la más conocida empresa textil de la ciudad (antes de Inditex), la Primera Coruñesa, además de haber regentado una bodega, entre otros oficios de este licenciado en Derecho.

El Concello oleirense compró un total de diez kilos de explosivo plástico a un precio de 425.000 pesetas de entonces (unos 2.500 euros), una inversión que luego repercutió en los propietarios. Los trabajos de demolición comenzaron a las siete de la tarde, con toda la bahía de Mera llena de vecinos, curiosos y periodistas. La primera descarga falló y la segunda derribó la parte trasera del chalé. Con la tercera explosión ya cayó la fachada del chalé.

"La casa la había construido uno que tenía muchas, sobre la isla, y sin licencia. Me habían denunciado empresas ligadas a él por terrorista y por cobrar el impuesto revolucionario. La primera carga no funcionó y los partidarios del dueño gritaron "¡milagro, milagro!". Cogí la zódiac, le pregunté al artificiero cuánto quedaba, le dije que metiese todo dentro, le di al botón y esa vez sí, voló todo", así relataba recientemente el propio alcalde a este periódico lo sucedido hace 25 años. No sería el único edificio demolido, también se voló un edificio en construcción ilegal.

En este año 1989, hace 25 años también, tuvo lugar el derribo de un muro en la playa de Santa Cristina, una escollera realizada por una sociedad en zona marítima donde también había una caseta, que años después le causó al regidor seis años de inhabilitación para el cargo.