A Bergondo las mejoras viarias se le atragantan. Hay proyectos a los que les cuesta dar el salto del plano al asfalto, como las demandadas aceras de Guísamo (Bergondo) y Guiliade (Betanzos); otros, tropiezan durante su ejecución con sucesivos imprevistos, como la ampliación de la vía de Tatín, paralizada hasta en dos ocasiones por la quiebra de la adjudicataria.

Pero sin un proyecto ha sufrido demoras es, sin duda, el de la carretera provincial CP-810. Las reivindicaciones de los vecinos para exigir un paso seguro entre Guiliade y Guísamo han cumplido una década sin que la Administración haya ejecutado ni el primer tramo de las obras. Un retraso que trae de cabeza a los afectados, que recuerdan que ya en 2010 la Diputación decretaba la ocupación de los terrenos y justificaba la urgencia en el "gran peligro para la seguridad vial".

Los trámites para ejecutar esta obra se remontan a 2005. Ese año los vecinos, hartos de esperar, se concentraron frente al pazo Villa Julia. Desde entonces, la Administración abrió varios expedientes y expuso hasta dos proyectos, pero ninguno prosperó. Los recursos judiciales, cambios de planes y modificaciones legislativas han frenado hasta ahora la ampliación de la vía y han motivado innumerables reuniones entre la Diputación y el Concello, que no ve el momento de desbloquear definitivamente esta "demanda histórica".

El recurso judicial que interpuso el propietario del pazo Villa Julia contra el primer proyecto, que obligaba a derribar el muro protegido, retrasó considerablemente los trabajos. La Justicia dio la razón al recurrente y obligó a la Diputación a dividir la actuación en dos fases para evitar la afectación a la villa y su jardín. Tras fracasar su primer proyecto, la Diputación aprobó en 2006 un plan para mejorar la seguridad en el primer tramo. El Ejecutivo provincial tardó tres años en estudiar las alegaciones y aprobó en 2010 el listado de bienes afectados. Los cambios legislativos tramitaron la actuación y el proyecto caducó sin iniciarse las obras. La Diputación ha abierto ahora un tercer expediente. Concello y vecinos esperan que sea el definitivo.

Otra mejora viaria que acumula retrasos es la ampliación de la carretera de Tatín. La segunda fase de la obra sufrió dos parones por los problemas económicos de la adjudicataria, que entró finalmente en suspensión de pagos. La incidencia ha obligado a la Diputación a abrir un nuevo proceso de licitación, aprobado en el último pleno. La alcaldesa de Bergondo, Alejandra Pérez Máquez, se reunió recientemente con el responsable provincial, Diego Calvo, y le reclamó celeridad en esta obra y en la demandadas aceras de Guísamo.