Ha transcurrido casi una década del anuncio a bombo y platillo de la rehabilitación del convento de As Donas en un albergue de peregrinos. Considerado el monumento más antiguo de Untia, las ruinas del monasterio cedido a la entidad encargada de gestionar el Plan Xacobeo en 2005 para acoger a los caminantes, ya no llaman la atención ni de los turistas a su llegada a Betanzos, pese a su ubicación a orillas de la carretera, en A Condesa.

El Concello ha limpiado recientemente los restos del convento. Las labores de desbroce han dejado al descubierto la estructura del edificio y permiten al curioso escudriñar el interior, totalmente destartalado. El deterioro hace prácticamente imposible imaginarse la disposición original de este convento, del que solo quedan restos y que fue objeto de diversos proyectos que nunca llegaron a materializarse.

El Ayuntamiento betanceiro estudió la posibilidad de convertirlo en un centro multiusos, un local social, un albergue de peregrinos. Durante el último mandato de Manuel Lagares, la conversión en casa de acogida de los caminantes se daba por hecha. El PSOE emitió varios comunicados para informar de la inminente reforma tras la cesión.

"El Gobierno local cumplió los trámites para que la rehabilitación del convento de As Donas sea pronto una realidad", anunciaba en un boletín informativo en 2006. Tras años de anuncios, el convento se ve abocado a quedarse definitivamente en la cuneta. Las administraciones parecen no tener claro quién debe hacerse cargo de su conservación. El Concello insiste en que es obligación de la Xunta y el Gobierno gallego discrepa. Durante este mandato, y tras años de espera, el Xacobeo inauguró el albergue de peregrinos de Pescadería, lo que hace más que improbable la rehabilitación para este fin del antiguo monasterio de As Cascas.

Los historiadores han denunciado durante años las agresiones que había soportado este monumento y apelaron sin éxito a la imperiosa necesidad de recuperar el máximo posible. El Concello prefiere no prometer nada. Insiste en que es competencia de la Xunta aunque mantiene "la esperanza" de que pueda recuperarse el edificio para usos sociales o relacionados con el Camino de Santiago.