La Policía Local ha tenido que intervenir al menos en dos peleas entre jóvenes en las últimas semanas en la calle Rosalía de Castro, una de las zonas de la movida de Betanzos. La última reyerta se registró el pasado sábado y obligó a los agentes a solicitar refuerzos de la Guardia Civil, según informó ayer el Concello en un comunicado remitido a los medios.

Los hechos se registraron pasadas las dos de la madrugada, cuando una patrulla de la policía que realizaba la ronda por esta calle y vio una pelea entre jóvenes. Uno de ellos se abalanzó sobre el vehículo policial, increpó a los agentes y golpeó el capó. Los otros jóvenes se lanzaron sobre él y comenzaron a agredirle. La policía intentó disolverlos con spray de defensa. Minutos después la pelea se reactivó. Nuevamente con los mismos protagonistas. Los agentes, con la colaboración de la Guardia Civil, identificaron a los implicados y presentaron una denuncia ante la Subdelegación de Gobierno.

El Ayuntamiento informó ayer a través de un comunicado de más altercados en esta zona, cuyos residentes han presentado más de una queja por los ruidos hasta altas horas de la madrugada. Según informan desde el Consistorio, la pelea se registró a la entrada de una discoteca, en la misma zona en la que solo unos días antes la policía se había visto obligada a intervenir en otra reyerta cuando el 061 atendía a un joven con como etílico.

El Concello informó ayer de que ha impuesto varias sanciones al propietario de esta discoteca por incumplir el horario de cierre, permitir el acceso de menores y venderles bebidas alcohólicas, según informó ayer el Gobierno local en un comunicado. Consultado ayer por este diario, el propietario de la discoteca negó cualquier vinculación con las reyertas. Es más, afirma que impidió al acceso al joven que un tiempo después golpeó el coche de la policía. "Yo no puedo evitar que haya peleas en la calle, me limito a proteger a mis clientes. Llevo 28 años al frente de esta discoteca y nunca he tenido un parte de lesiones". El dueño de este local, Alfredo Riva -portavoz de la recién creada plataforma contra el aserradero de Talai -, admite que desde hace dos años el Concello le ha impuesto varias sanciones por incumplir los horarios o dispensar alcohol a menores, pero asegura ser víctima de una "persecución injusta" y lamenta que desde el Consistorio vinculen su establecimiento con peleas callejeras. Denuncia además que el Ayuntamiento "no aplica la misma vara de medir" a todos los locales y asegura que solicitó permiso para ampliar el horario de cierre y que la policía lo autorizó verbalmente.