Ingrediente clave en infinidad de recetas, determinante en las empanadas y hasta con numerosas propiedades para la salud, la cebolla se postula ahora, además, como una oportunidad de emprendimiento en la comarca. Las posibilidades de negocio con este humilde aunque fundamental producto y la realidad del sector centrarán unas jornadas organizadas por la Asociación de Desenvolvimiento Rural Mariñas-Betanzos y la reserva de la biosfera que se celebrarán este lunes en Betanzos y que contarán con el testimonio de productores y transformadores de la comarca. Los profesionales del sector coinciden en alabar la calidad de las variedades autóctonas, como la chata de Miño y la de Betanzos.

"Dicen los panaderos que las cebollas de Betanzos y de Miño son mejores por el sabor y porque no mojan la masa de la empanada, ya que con otras se humedece la base y se rompe", explica la productora de cebolla Cristina Bañobre, que cultiva en Miño. El presidente de la Asociación de Panaderos de Carral, Manuel Rodríguez, lo confirma: "La de aquí sabe mejor y tiene menos agua, es más compacta. La que viene de Valencia, en cambio, es de regadío y tiene más humedad. Las de Betanzos y Miño, además, no son muy ácidas, lo que es importante para que no le pase acidez al resto de la empanada". El panadero planta sus propias cebollas al considerarlas determinantes para el resultado. "La base de la empanada es, además de la masa, la cebolla. Si no usas cebolla buena, no te va a salir bien el resto", asegura.

Cultivadora de cebolla chata de Miño y de Betanzos desde hace veinte años, Cristina Bañobre asegura que las variedades de la comarca son más delicadas que otras como las llegadas de Valencia y "exigen técnicas de cultivo artesanales, tradicionales", lo que repercute en su precio, que disuade a parte de los compradores. Otros, en cambio, son fieles a las variedades betanceira y miñesa y las buscan tanto en mercados locales y venta directa como en los supermercados, lo que ha permitido que Rañobre sea proveedora de la cadena de supermercados gallega Gadis. En cuanto a las oportunidades de futuro, la productora sostiene que "las elevadas exigencias burocráticas" complican el desarrollo de la labor agrícola y lamenta que algunos "muy buenos productores" se han quedado por el camino.

El panadero coincide con Bañobre en la dificultad de cultivar variedades locales y en señalar a las cebollas procedentes de puntos como Valencia como competidoras de las locales, de más calidad pero más caras y más difíciles de pelar, asegura. El presidente de los panaderos carraleses apunta a la dificultad de pelar y picar grandes cantidades de cebolla para después freírla, motivo al que achaca que muchos panaderos utilicen "cebolla de bote". Rodríguez propone incentivar el envasado de cebolla fresca de variedades autóctonas ya picada. "Para cada empanada de un kilo hace falta más de un kilo de cebollas", ilustra el panadero, y reivindica: "Hay que concienciar que se use cebolla fresca y de aquí. Yo no planto porque no tenga más que hacer, sino porque quiero calidad".