Los ecologistas aún recuerdan un negro episodio que precedió a la desaparición del cormorán moñudo de la costa de Dexo en la década de los setenta. Unas viñetas del ornitólogo Antonio Sandoval de 1985 para la revista Saramaganta recuerdan el exterminio "a tiros" de esta huidiza especie por parte de los cazadores.

Tuvieron que pasar muchos años para que esta ave volviese a dejarse caer por Oleiros. A partir de 1994 hizo de Dexo su lugar de residencia habitual. Y su colonia no ha parado de crecer desde entonces para regocijo de los ornitólogos.

El especialista Sergio París sigue desde hace años el avance de esta singular concentración de aves, que pone como ejemplo de la posibilidad de compaginar un desarrollo urbanístico ordenado con el respeto al medio ambiente.

Tener una colonia tan singular no solo es motivo de orgullo, bien gestionada puede convertirse además una fuente de dinamización turística. Y una fuente de ingresos, apunta este ecologista, secretario de la Sociedade Galega de Ornitoloxía. Para ello, el respeto es esencial. Y no basta concienciarse, también hay que tomar medidas que garanticen la protección efectiva de esta ave marina.