El Concello de Miño tiene, desde ayer, un alcalde que es también el único concejal de su partido, Compromiso por Galicia, Ricardo Sánchez Oroza. El exconcejal socialista y líder de la formación, que hizo campaña como la única opción "de izquierdas", recibió el apoyo de 234 vecinos en las elecciones. Fue la lista menos votada tras el PP, que consiguió seis concejales, los mismos que el PSOE, aunque los de Manuel Vázquez Faraldo recibieron más votos, hasta 1.555.

La sesión ya empezó rara, y es que Ricardo Sánchez quiso hablar antes de que comenzase el pleno, una intervención que no le fue permitida por la secretaria municipal por no ajustarse a la normativa. Faraldo entró en el salón de plenos con corbata roja, saludando a los vecinos y, tras la inesperada intervención de Sánchez, se posicionó a favor de que comenzase el pleno y de que tomase posesión el nuevo alcalde. La mayoría de los congregados en el salón de plenos, que se quedó pequeño para la esperpéntica sesión, creía que todos los cabezas de lista se votarían a sí mismos y que el PSOE gobernaría en minoría por ser la que más papeletas había reunido en los comicios.

No fue así, ya que, si bien Sánchez y Faraldo mantuvieron su candidatura, no lo hizo el líder del PP y hasta ayer alcalde en funciones, Jesús Veiga. La sorpresa llegó cuando dijo que los concejales populares iban a "apoyar a otro grupo". Entonces, el que más, el que menos se revolvió en su silla porque se temía lo que finalmente pasó.

Los seis concejales del PSOE apoyaron a su candidato y los seis del PP dieron su voto al único edil de Compromiso por Miño, cediéndole, de ese modo, la Alcaldía. A los vecinos congregados en el salón de plenos no les pareció bien este pacto no anunciado, así que no tardaron en abuchear la decisión y en llamar "vendidos" y "sinvergüenzas" a los que habían hecho malabares con la confianza que habían depositado en ellos el 24 de marzo.

El alcalde de los 234 votos no recibió una ovación de sus vecinos; al contrario, se llevó unos cuantos abucheos, tantos, que la secretaria municipal se vio obligada a pedir que entrase en el salón de plenos la Guardia Civil y amenazó, en varias ocasiones, con solicitar el desalojo de la Casa Consistorial por interrupción de la sesión plenaria.

Algunos de los vecinos decidieron no seguir viendo lo que tildaron de "robo" y "espectáculo", así que se fueron antes de que Ricardo Vázquez tomase la palabra y el bastón de mando. "Nos guste o no, está hablando el alcalde", repetía la secretaria municipal, en un intento casi vano de que se acallase el ruido en la sala. En su primer discurso ya como regidor municipal, el exsocialista explicó que su intención, antes de comenzar el pleno y también después, era ofrecer un "gobierno de unidad" en el que estuviesen integrados los tres partidos y adelantó que esperaba que, antes del lunes, le llamasen el PSOE y el PP para hablar de esa "comisión de Gobierno". Vázquez ya le dejó claro ayer que no lo hará. "Con nosotros que no cuenten", dijo.

El líder de los socialistas calificó el día de ayer como "histórico por la indignidad, el robo y la traición". Y advirtió a los concejales del PP de que sus votantes sentirían que les habían "despreciado" y, uno por uno, les dijo qué pensaba de lo que habían hecho. "Vais a cargar con esta cruz mucho tiempo", vaticinó.

El recién investido alcalde, entre gritos de "sinvergüenza, sinvergüenza", aseguró a la prensa que no sabía que recibiría el apoyo del PP, aunque creía que era "una posibilidad" y aclaró que su intención era "entrar en el gobierno con el PSOE", al que reprochó su negativa a formar un Ejecutivo de coalición. "Recibimos el apoyo del PP, pero no forma parte del Gobierno", dijo Sánchez que plantea la posibilidad de "gobernar solo".

El alcalde saliente, al que los socialistas acusaron de no haber ganado nunca unas elecciones,aseguró que intentó evitar a toda cosata esta situación."Yo estuve todo este tiempo tratando de que no gobernase este hombre. No darle la Alcaldía, no fue posible. Llegamos a esta entente y somos siete", explicó ayer Veiga, que a la tarde ya daba por hecho que el PP gobernaría en coalición aunque no ostentase la Alcaldía. "Tenemos una comisión de Gobierno de cinco personas y cuatro serán del PP", concluyó con una sonrisa, aunque precisó que su intención era que fuese el concejal de Compromiso el que apoyase su candidatura, la segunda más votada, y no al revés.

Los populares y el alcalde abandonaron la Casa Consistorial entre gritos de los vecinos que no estaban de acuerdo con la decisión tomada y escoltados por la Guardia Civil. Antes de este desfile, el cabeza de lista del PSOE pidió calma a sus votantes y advirtió: "esto durará lo que dure" y tildó de "personas que habían torcido la voluntad del pueblo" a los ediles del PP. Y es que Miño ha estado gobernado, desde el inicio de la democracia, por los populares y, en 2015, por primera vez, la lista más votada fue la del PSOE.

Ahora se abre el escenario de qué hacer y es que la dirección provincial de Compromiso asegura que no permitirá "ningún tipo de acuerdo con el PP". Preguntado por qué pasará si pactan, el partido asegura que puede expulsar a Sánchez de sus filas. El PP no aclaró si abrirá o no expediente a sus ediles y el PSOE pide que dimita Sánchez y que se vuelva a celebrar el pleno de investidura.

La posibilidad de que el PP brindase sus votos a Compromiso se barajaba desde hace días, pero los populares de Miño se negaron a confirmarlo. El exalcalde, Juan Maceiras fue uno de los que trazó la estrategia Aunque esa posibilidad le fue planteada al líder de Compromiso, éste mantuvo igual su idea de postularse. Consultado ayer sobre si se plantea renunciar, lo negó. Lo que toca ahora, dice, es formar una comisión de gobierno. Y no descarta hacerlo con el PP si el PSOE rechaza su ofrecimiento.