El alcalde de Miño y único edil de Compromiso por Galicia, Ricardo Sánchez Oroza, admitió ayer que negocia un acuerdo de gobierno con el Partido Popular, la formación que le aupó al sillón de Alcaldía con sus votos. El regidor había negado tajantemente la posibilidad de un pacto con el PP durante la campaña electoral, en la que presentó a su partido como la "única alternativa real de izquierdas".

Ricardo Sánchez, que hasta hace unos meses engrosaba las filas de los socialistas, mantuvo ayer por la tarde una reunión con el PP para trazar las "líneas programáticas" de este mandato. No fue el primer encuentro entre ambas formaciones. El mismo día en que el secretario general de Compromiso, Xoán Bascuas, instaba al PSOE a "dejarse de infantiladas" y sentarse a negociar, fuentes del PP afirmaban a este medio que el acuerdo para formar gobierno estaba prácticamente cerrado y que enviarían en cuestión de días un comunicado.

El cabeza de lista de Compromiso por Miño parece haber cerrado la puerta a cualquier posibilidad de acuerdo con el PSOE sin descolgar ni siquiera el teléfono para fijar un encuentro. "Son ellos los que han dado portazo", arguyó este exsocialista, en alusión a las declaraciones realizadas por el PSOE -la lista más votada, que se quedó a solo 66 votos de la mayoría absoluta-, que pidió al recién investido alcalde electo que renunciase a su cargo "por dignidad" y posibilitase una nueva investidura.

Durante los últimos días, han aflorado varias contradicciones entre el líder municipal de Compromiso y la secretaría general de su partido que han sumido a la población de Miño en la confusión. La dirección del partido calificó lo sucedido en la investidura de "esperpéntico" y sostuvo que su candidato había sido "víctima" de una "trampa" del PP. Desde la ejecutiva provincial garantizaron que en ningún caso se pactaría con el PP porque la ciudadanía había votado por el cambio y avanzaron que, en caso de no alcanzarse un acuerdo con el PSOE, la salida más digna sería la renuncia a la Alcaldía para que se celebrase una nueva investidura.

Ricardo Sánchez nunca se mostró tan tajante como la dirección general de su partido. El ahora alcalde porfío en postularse a la Alcaldía a pesar de que, como él mismo admitió, el PP le había "insinuado" la posibilidad de darle sus votos. Es más, el día de la investidura, el concejal de Compromiso ratificó su postulación después de que los populares anunciasen al pleno su intención de votar "a otro grupo".

El concejal de Compromiso tampoco aparentaba ser "víctima" de esa "trampa" a la que apelaba la dirección de su partido cuando, nada más hacerse con el bastón, invitó a PP y PSOE a formar un gobierno de concentración, con representación de todos los partidos. Consultado ese mismo día sobre si mantenía su promesa de no pactar con el PP, respondía escueto y esquivo: "Tengo que formar una comisión de gobierno".

Desde su proclamación, Ricardo Sánchez ha mantenido silencio. Durante dos días se negó a atender las llamadas de este medio y el pasado lunes apenas se dejó caer por el Concello. El regidor se avino ayer a responder a este diario y admitió que negociaba un acuerdo con los populares y que se planteaba formar gobierno con ellos. Horas más tarde, después de que este periódico preguntase al secretario xeral de Compromiso, Xoán Bascuas, si tenía previsto tomar alguna medida, el regidor negó a este medio que hubiese un pacto, aunque fuentes del PP afirman que ultiman ya el organigrama de gobierno.

Han pasado cuatro días de la investidura y los vecinos de Miño siguen sin conocer su gobierno. Solo saben que su alcalde es el líder de un partido que obtuvo 234 de las 3.370 votos. La situación es especialmente amarga para el PSOE. Por primera vez desde la República, este partido consiguió superar en votos a la derecha. Los socialistas empataron en concejales con los populares (seis) y se quedaron a solo 66 papeletas de la mayoría absoluta.

Su candidato, Manuel Vázquez Faraldo, negoció con Compromiso antes de la investidura, pero se negó a formar un gobierno de coalición. El PSOE ofreció a Ricardo Sánchez un trato preferente en la negociación de presupuestos y otros asuntos de relieve y se mostró dispuesto a incluirle en la mesa de contratación, pero se negó a "desplazar a gente del equipo" para hacerle un hueco en el Ejecutivo.

Desde la dirección de Compromiso admiten que las rencillas entre los socialistas y Ricardo Sánchez ( que dio un portazo al PSOE por considerarlo un partido de derechas) complican un acuerdo. Lo que no aclara es por qué se negó a permitir un gobierno en minoría como sí hizo en Betanzos.

Tras días de silencio, el líder de Compromiso ya admite que negocia un gobierno con el PP, que supedita a una serie de condiciones programáticas (entre ellas algunas relativas a la solución al caso Fadesa). El alcalde dice que confirmará en unos días si hay o no pacto. Mientras, Compromiso aún informa en Facebook de que "no tuvo, ni tendrá ningún tipo de acuerdo con el PP".