Marisa y Ángeles cubrieron ayer con escaso ánimo su última jornada laboral. El Concello notificó hace solo tres días el despido a estas dos empleadas, que habían sido contratadas hace nueve meses a través de la lista de sustituciones para encargarse de la limpieza del nuevo aulario y que esperaban mantener su empleo hasta el próximo septiembre. Una de ellas había rechazado hace solo unos días una oferta del Imserso por este motivo, según relató ayer a este medio.

Las dos empleadas fuero arropadas ayer por el personal laboral del Consistorio betanceiro. El sindicato mayoritario, la Confederación Intersindical Galega (CIG), y UGT enviaron sendos comunicados en los que echaban en cara al Ejecutivo socialista el despido de estas trabajadoras en su primera semana de gobierno.

Los trabajadores reprueban el fondo y las formas del PSOE que, critican, dio por finalizado el contrato sin respetar los quince días de plazo de notificación y alegando que había finalizado el contrato de obra a pesar de que el centro permanecerá abierto, al menos, hasta el día 30 y que las bases de la lista de empleo establecían un año de duración, según denunciaron ayer las afectadas, CIG y UGT.

El comité de empresa, que vincula los despidos con la contratación de una empresa que se encarga ya de la limpieza de varios edificios públicos, ha solicitado una reunión de urgencia con el alcalde, Ramón García para que explique los motivos y solicitar información sobre la posible privatización del servicio. Este diario intentó ayer sin éxito recabar la opinión del Ejecutivo.

BNG y Compromiso por Betanzos se sumaron ayer a las quejas de los sindicatos y reclamaron al Ejecutivo que dé marcha atrás en un despido "improcedente".

Las empleadas se mostraban ayer indignadas con lo que consideran una "injusticia". "Nosotras no pedimos ser indefinidas, pero sí que se respete nuestro contrato, me parece injusto que se escuden en que es un contrato de obra cuando el colegio no se va a cerrar", alegaba ayer una de las empleadas. Su compañera relata que fue el bedel el que les entregó la carta de despido y con el "sobre abierto". "Esto nos ha caído como un jarro de agua fría. Hemos trabajado muy duro y nos lo pagan así", lamenta.