El pleno de constitución de Miño escenificó ayer la total soledad del alcalde y único edil del gobierno local, Ricardo Sánchez Oroza. Y también la debilidad de un gobierno reducido a la más ínfima expresión: un concejal contra los otros 12 que componen la Corporación.

Por más que el regidor se empeñó en usar la primera persona del plural en todas sus intervenciones, la sesión dejó más que en evidencia el aislamiento de este exsocialista, exlíder de Compromiso por Miño, reducido ayer a la categoría de edil del grupo mixto por carecer de la representación suficiente para formar partido.

Ni la falta de apoyos, ni las descalificaciones de sus rivales y los abucheos del público amilanaron al alcalde, imperturbable ante las críticas. Con semblante sereno, incluso desafiante, Ricardo Sánchez presidió el pleno que le dejó sin sueldo ni junta de gobierno.

La coyuntura, más que complicada, no parece que vaya a llevar al regidor a dar un paso atrás. Ricardo Sánchez se aferra al bastón de mando e invitó ayer a PSOE y PP a pactar una moción de censura. "Lleguen a un acuerdo y muestren cómo el bipartidismo expulsa a un vecino independiente", retó.

Su desafío arrancó los abucheos del público que abarrotaba ayer el salón de plenos, pero PSOE y PP parecen dispuestos a recoger el guante. A la salida de una sesión bronca en la que el alcalde no pudo terminar ni una frase sin ser interrumpido por un público que pedía insistentemente su dimisión, populares y socialistas confirmaron su intención de "sentarse a negociar" una moción de censura "por responsabilidad" ante una situación "insostenible".

¿En qué condiciones? Es la pregunta a la que ni PSOE ni PP daba ayer una respuesta clara. Los populares, que propiciaron la situación al investir con sus votos a un edil que solo obtuvo 234 votos, abría ayer la puerta a un posible acuerdo de gobierno. "Es lo que piden los vecinos por la calle", argumentaba Jesús Veiga. El PSOE, en cambio, aspira a gobernar en solitario por su condición de lista más votada (se quedó a solo 66 papeletas de la mayoría absoluta).

Los populares mantienen aún abierta otra posibilidad: un pacto con Ricardo Sánchez. A pesar de los desaires del regidor independiente, que supedita cualquier acuerdo a que Jesús Veiga "dé un paso al lado", el PP no tira la toalla. "Tiene nuestra propuesta sobre la mesa, reiteraba ayer el candidato popular, que insiste en que apoyaron la investidura del ahora independiente porque habían llegado a un acuerdo previo de gobierno.

Aunque los conservadores no dan la batalla por perdida, lo cierto es que el pleno de ayer evidenció la total falta de sintonía entre los dos grupos de la oposición y el alcalde y único edil del Gobierno local. Nada más arrancar la sesión, quedó claro que Ricardo Sánchez no recabaría apoyos para sacar adelante sus propuestas.

Ninguno de los concejales quiso compartir con él asiento en la junta de gobierno. Uno a uno los tenientes de alcalde que habían sido designados por Sánchez sin ser consultados rechazaron el nombramiento . "La transparencia y el diálogo de los que presume brillan por su ausencia", le afeó el líder popular, Jesús Veiga.

Su negativa propició una cascada de aplausos del público, los mismos que arrancó la intervención del socialista Manuel V. Faraldo. "Con nosotros no cuente de ninguna manera para formar gobierno. Es una falta de respeto que nos haya designado para formar parte de la junta sin habernos consultado".

Similar negativa mereció la propuesta de retribuciones. PP y PSOE rechazaron de plano el salario de 40.000 euros brutos anuales que pretendía cobrar el regidor. Y también los emolumentos de más de 20.000 euros del jefe de prensa. "Va a cobrar el doble que yo, que me llevaba 1.300 euros para casa. ¿Está de coña?, le espetó el exalcalde Jesús Veiga, que mantuvo el salario que percibía como primer teniente de alcalde tras ser investido a mediados del pasado mandato.

Los socialistas también tacharon de "excesiva" la remuneración, dejaron claro que ellos tampoco cobrarían las dietas por asistencia hasta que se "normalizase" la situación y le señalaron nuevamente la puerta al regidor "¿No te das cuenta de que estás solo?. No sé si sabes lo que es la democracia", le espetó el líder socialista.

El alcalde no se arrugó. Impermeable a las críticas por "autoritario" y "dictatorial", el mandatario se encaró contra sus rivales y sostuvo que su propuesta de gasto de gobierno era inferior a la presentada hace cuatro años por su antecesor Juan Maceiras. "Estoy dispuesto a trabajar sin sueldo. ¿Por qué no trabajamos todos gratis?", replicó sonriente y añadió: "Yo al menos todavía no he creado ningún problema a este concello".

La afirmación elevó el tono de los abucheos, pero el mandatario no se amedrentó y se encaró contra el candidato del PP, al que considera "responsable fundamental" de la deuda de 21 millones de Fadesa. El primer edil también culpó a sus excompañeros del PSOE de que Miño esté al borde de la intervención por Costa Miño Golf. "Tienen una responsabilidad compartida por su labor de oposición".

La acusación suscitó risas entre el público. Varios de los asistentes le recordaron con sorna al mandatario que hasta hace unos meses militaba en las filas socialistas. "Por algo me fui", repuso. El alcalde sostuvo que su propósito era "levantar las alfombras" de este concello, que ha estado gobernado durante casi cuarenta años por el PP.

El debate no tardó en enquistarse y degenerar en un cruce de reproches sobre quién había sido el causante de la situación. El regidor tendió la mano al la oposición para formar un gobierno de concentración, pero dejó claro que no renunciaría a la Alcaldía. El mandatario culpó nuevamente a PSOE y PP por negarse a negociar ante el estupor de ambos partidos, que le afearon que no hubiese ni descolgado al teléfono para informarles de la propuesta que elevaría al pleno de constitución.

El pleno finalizó como el rosario de la aurora y sin apenas consenso. La oposición solo estuvo dispuesta a dar el visto bueno a la formación de las comisiones permanentes, esenciales para garantizar el funcionamiento del Concello, como recalcó la secretaria municipal.

La habilitada nacional mantuvo la serenidad en todo momento pese a la crispación de las bancadas y el público y dejó claro que el anómalo escenario que se abre tras el fracasado pleno de constitución plantea numerosas dudas a nivel administrativo. "Es una situación absolutamente novedosa, estamos sentando jurisprudencia. Esto es una pelota que va a girar y no sabemos dónde va a terminar", incidió.

La insólita situación del Concello no ha hecho que los políticos pierdan de vista su espada de Damocles. El pleno acordó convocar la próxima semana una comisión para acogerse al fondo estatal que permita al Concello afrontar el pago de los 21 millones de Fadesa.