Pemex y Beijing 3E son dos de las eternas promesas que se desvanecen en la comarca, perdidas en un laberinto de plazos incumplidos. El desembarco de las compañías china y mexicana sigue en el aire tres años después de ser anunciado por Xunta y Estado.

El retraso y la falta de garantías lastran también otros desembarcos industriales anunciados a bombo y platillo por las administraciones en los últimos años. Son promesas que, de momento, solo han dejado a su paso un reguero de polígonos baldíos.

Nada se sabe de la implantación de un centro logístico de Coca-Cola en Oza-Cesuras. La empresa iba a generar "cientos de empleos" en el concello fusionado, según recogía el plan de viabilidad de la unión. La alianza de escudos coincidió con la fusión de las embotelladoras y, posteriormente, un ERE. La compañía no da garantías de su desembarco y mantiene congelado el proyecto. Los terrenos, recalificados hace ya tres años, son hoy pasto del ganado.

Tampoco han trascendido avances en otra de las grandes promesas de la fusión, la construcción de una planta de biomasa que debía dinamizar un pueblo lastrado por el envejecimiento de la población. Más allá de unas charlas sobre el aprovechamiento de biomasa y unas cuantas visitas de los directivos, nada se sabe de un proyecto que la empresa ha evitado en todo momento garantizar y que el plan de viabilidad recogía como uno de los "premios" de la fusión. El Gobierno local no pierde la esperanza, y prometió nuevamente en campaña el desembarco de ambas compañías.

Donde ya no llegan las promesas es a Morás. El polígono anunciado como el motor industrial de la comarca, la fuente generadora de 6.300 empleos, acumula años de parálisis. La Xunta ya hace dos años que no reserva ni partidas en los presupuestos para finalizar este parque empresarial que no encuentra compradores ni con las rebajas de Xunta. Su eslogan metros cuadrados a precios redondos no ha dado éxito.

Tampoco han surtido el efecto deseado las bonificaciones para implantarse en el parque empresarial vecino, el de A Laracha. Este parque promovido por Xunta y Estado fue inaugurado en 2012 con solo el 10% de la superficie ocupada y funciona a medio gas por las dificultades en encontrar inversores.

Entre los pinchazos de las previsiones destaca el caso del polígono de Teixeiro, que solo consiguió crear el 8% del empleo prometido hace una década. El polígono de casi dos millones de metros cuadrados anunciado como el "revulsivo económico" de la comarca sigue a la espera de empresas. Una de las que sonó con fuerza fue Renova, que inició los trámites hace años, pero la regulación eléctrica ha dejado en suspenso su implantación.