La Ribeira Sacra saca unos tres millones de litros de vino de sus laderas al borde del Miño y el Sil. La zona de A Gándara en Nós saca apenas unas botellas para autoconsumo en su ladera al borde del río da Gándara. A pesar de no ser comparables, llama la atención que este pequeño rincón de la provincia coruñesa poco propicia a la producción de uva agrupe a una quincena de casas, todas juntas y todas emparradas.

La ladera de la rúa Armental baja hacia el valle hasta el río en suave pendiente y deja boquiabiertos a los conductores por las gigantescas uvas que asoman sobre los cierres de las fincas, por encima de las puertas o en las huertas. Las típicas negras pero también algunas blancas y unas moradas asombrosas por el tamaño.

"Aquí casi todos tenemos la típica catalana. El año pasado no tuve casi nada, se secaron todas, yo creo que por la peste de Meirama, esa lluvia ácida, que también me quemó los tomates. Este año sin embargo he vuelto a tener mucha. Yo creo que sacaré 200 litros, para casa y para la familia. Pronto se acaba, no creas", explica uno de los orgullosos propietarios de apenas media docena de vides emparradas negras y moradas que posee en su casa desde hace más de cincuenta años.

"Ésta es un pie solo de vid, que fui guiando y hace una zona de sombra grande. Aquí me siento siempre después de comer. No se está mejor en ningún sitio", añade. Un poco más arriba vive un jubilado que también posee una gran extensión, doce vides que también están emparradas y que rodean y desbordan gran parte del muro del cierre de su casa.

"Cuando vine para esta casa ya estaban las parras aquí. Ahora creo que voy a cortar la mitad, dan mucho trabajo, sobre todo podar, y pelear contra las enfermedades, le ataca mucho el mildiu y la araña roja, aunque le eches el cobre. Hago vino, unos cien litros más o menos, de esta uva que llaman catalana", explica este oleirense que espera vendimiar para principios o mediados del mes que viene.

"No es cierto que sea una uva ácida, sí lo es la piel y depende de la variedad, pero son dulces y muy ricas, si están maduras. Yo tengo estas vides desde mediados de los ochenta. Y el vino que hago es ecológico, no sulfato nada, como mucho las lavo con agua de la traída, que les hace bien", señala otro vecino de esta zona de A Gándara que asegura que hace años "aún había más casas con viñas".

"Aquí da mucho el sol y mucho tiempo y la tierra es buena, pero no es suficiente. En la misma finca unas te salen muy ricas y otras nada, porque les da menos. Para producir uva para vino tiene que ser más abajo, por la Ribeira Sacra, que hay más temperatura. Pero consumir en casa, en la mesa o como vino, están bien. Y es una afición", destaca uno de estos vecinos.

"Aquí antes todos tenían una parrita", señala la propietaria del estanco cercano a la rúa Armental, que también luce uvas rodeando su puerta.