El catering que ha tomado el relevo a la empresa expedientada y expulsada del servicio por la Xunta llega con camino andado en el colegio Portofaro, de Cambre. Pese a las deficiencias que protagonizó en otros puntos de España, Serunión tiene la confianza del centro cambrés tras prestar el servicio durante el curso pasado sin problemas mas allá de que "siempre hay diferentes opiniones", asegura el director del colegio, Antonio Gil. La encargada del comedor, Elena Rodríguez, confirma que "con esta empresa no hay problema".

Lejos de los platos cocinados en Málaga y enviados en frío hasta los colegios de la comarca, el modelo de trabajo que utiliza esta empresa en la comarca es la "línea caliente", es decir, que los platos llegan ya a temperatura adecuada para ser servidos directamente. Para los centros de esta zona, asegura el jefe de área de la empresa, se cocina en el polígono de Cortiñán, en Bergondo. La empresa a la que se le rescindió el contrato, Col-Servicol, utilizaba el modelo de línea fría, de modo que al llegar las barquetas con la comida al colegio, había que calentarlas en unos hornos ubicados en el comedor, que en el Portofaro es un barracón y cuyo espacio, denuncia el director, resulta insuficiente.

El problema de la escasez con la comida parece haberse erradicado con el cambio de catering. El segundo día de servicio de Serunión en el Portofaro después de la resolución del contrato con la empresa anterior, varios niños repitieron del primer plato de ese día, macarrones con tomate. Esa jornada, el segundo plato consistía en filetes de merluza en salsa y coliflor. Las mayores quejas que pudieron oírse en el primer turno, alumnos de Infantil, consistían en tratar de escapar de la coliflor. El precio del menú es de un euro, 2,5 o 5 euros al día, en función de la ayuda que se tenga. Este mes habrían sido entre 20 y 90 euros.