La escuela infantil A Caracola, en Novo Mesoiro, ha conseguido distinguirse con su menús con sello ecológico. La concesionaria del centro, Dulce Porvenir, ha llevado la reserva de la biosfera a la mesa de los pequeños.

La escuela dispone de cocina propia y se abastece de productos cultivados en la comarca. La directora, Bea Ferrreira, insiste en la necesidad de educar el gusto de los pequeños y de enseñarlos a valorar los productos naturales.

La apuesta por la producción ecológica ha obligado a la escuela a adaptar sus menús a la estacionalidad del producto. Y es que como resume Bea Ferreira. "No se puede comer fresas todo el año". La directora insiste en la importancia de tejer una red e involucrar en el circuito a los productores, padres y a la Administración para extender la iniciativa a otros centros educativos. El precio del menú ronda los 70 euros al mes.

En su apuesta por innovar en la educación infantil, A Caracola no duda en desmontar tópicos. Y es que en este centro educativo sí se juega con la comida, en el buen sentido. La escuela apuesta por desterrar del menú los purés para que los bebés, en el inicio de su alimentación complementaria, aprendan a manipular los alimentos, a olerlos y diferencias sus texturas. "No se trata de buscar niños precoces, son sensaciones que tienen que vivir", resume Bea Ferreira.

Se trata de llevar a la práctica el modelo conocido como Baby Led Weaning, que tiene cada vez más seguidores aunque todavía es minoritario es minoritario en las escuelas coruñesas. Los pequeños, siempre acompañados por una monitora, se llevan a la boca, tocan y manipulan productos frescos cocinados al vapor y que prácticamente se deshacen en la boca. Y muchos repiten.