Lugar obligado de parada en campaña, el sanatorio de tuberculosos O Paraxón, el emblemático edificio diseñado por Rafael González Villar, sigue a la espera de un proyecto de futuro. Cada vez más deteriorado, el centro asistencial que la Guerra Civil dejó a medio construir y que engrosa desde hace años la Lista Roja del Patrimonio de la asociación Hispana Nostra es el marco escogido por los políticos cada cita con las urnas para su posado electoral.

Considerado el "emblema" de Cesuras -ahora Oza-Cesuras-, el sanatorio de O Paraxón se cuela desde hace décadas en los programas electorales. Hace diez años, su rehabilitación era ya el objetivo "prioritario" de populares y socialistas. Las promesas no han contribuido a mitigar en nada la ruina de este inmueble modernista, cubierto de maleza y pintadas, que únicamente conserva en pie la fachada y las paredes interiores.

La rehabilitación de este edificio para albergar un centro de día y residencia fue el proyecto estrella que recogía el plan de viabilidad de la fusión. El documento incluía esta "demanda histórica" y decía textualmente que era "importante" que "el nuevo concello partiese con un proyecto singular, de alguna manera renovador" que "permitiese visualizar a los vecinos la importancia de la nueva entidad local".

Han transcurrido más de dos años desde la aprobación definitiva de la fusión y la Xunta que, en 2012 aseguraba que ya tramitaba el proyecto, ha dado un paso atrás. En una intervención en el Parlamento, el responsable del Consorcio de Benestar negó que existiese tal compromiso y contraatacó acusando a la Diputación coruñesa de dejar sin efecto un proyecto para la primera fase de rehabilitación que había elaborado el PP. El cruce de acusaciones solo dejó una conclusión : O Paraxón tendrá que esperar. Una vez más.