La amplia y flamante tercera reserva un angosto y serpenteante final para los conductores que se dirigen a Vilaboa. En especial, para los que llevan vehículos de grandes dimensiones. Vecinos denuncian frecuentes colapsos en el vial, con varios tramos tan estrechos que impiden el paso de dos vehículos a la vez y que ya han registrado más de un tapón causado por triáilers que se sorprendieron al acabar en una pequeña vía tradicional cuando venían circulando por la tercera ronda y siguieron la señal que indica "Vilaboa" desde la nueva infraestructura. El alcalde de Culleredo, Julio Sacristán, asegura que el acceso a camiones está prohibido por ese vial y que ha dado la orden de colocar una señal en la glorieta que da enlace desde la tercera ronda para evitar problemas.

Residentes en la zona relatan que los problemas por la estrechez de varios tramos de la vía se incrementan desde la puesta en funcionamiento de la tercera ronda, que ha reportado un notable aumento del tráfico en la zona , con una importante presencia de transportistas. Además, las posibilidades de complicaciones en las maniobras que los vehículos deben hacer para cederse el paso uno a otro aumentan a medida que se incrementa la circulación por la zona.

La vía, que enlaza el centro de Vilaboa, por la calle Regueiro, con la rotonda de conexión con la tercera ronda, a la altura del complejo residencial Rialta o la residencia geriátrica Os Magnolios, cuenta con varios tramos que obligan a retroceder a los conductores que se topan de frente con otros. Arrimar el coche hasta dejarlo a escasos centímetros de una casa o asomar a recodos o inicios de otras calles son las soluciones más frecuentes para convivir en la calzada.

El vial, que no se reformó ante la apertura de la tercera ronda, discurre en buena parte entre viviendas pegadas a la carretera. El margen para ensanchar la vía en los puntos más angostos se limita, por tanto, a la opción de expropiar viviendas para ampliar la vía, alternativa que el Concello descarta.