El alcalde de Miño y único miembro del Gobierno local, Ricardo Sánchez Oroza, dio ayer un ultimátum a la oposición: o se forma "una mayoría de Gobierno" en un plazo máximo de un mes o pondrá su cargo a disposición del pleno para que gobierne la lista más votada, que en Miño es el PSOE. El regidor, que gobierna como único concejal de su lista y sin afiliación tras ser expulsado de Compromiso, lanza el ultimátum cuando los dos grupos de la oposición, PP y PSOE, negocian desde hace dos meses un pacto de Gobierno, conversaciones de las que el alcalde tenía conocimiento, como reconoció en un pleno.

El regidor anunció su decisión durante el pleno celebrado ayer, en el que se aprobaron los proyectos para incluir en los planes de obras (POS) y de acción social (PAS) de la Diputación. En una carta abierta a los vecinos, Sánchez Oroza acusó a PSOE y PP de "justificar una moción de censura que nunca llega". El ultimátum del alcalde deja varias vías alternativas al gobierno de la lista más votada.

Un acuerdo entre el PP y el PSOE se consolidó como opción más probable en las últimas semanas, tras dos meses de negociaciones y cuando todo apunta a que el pacto para derrocar al alcalde llegaría tras las próximas elecciones generales de este sábado. Ahora, el portavoz del PP, Jesús Veiga, asegura que ha mantenido conversaciones con los socialistas pero incide en que "están sin concretar los acuerdos". "Les dijimos que hasta después de las elecciones no seguiríamos hablando. Tenemos algunas cosas con el PSOE pero está todo sin desarrollar", afirma Veiga. En cuanto a la posibilidad de un pacto con el alcalde, el portavoz de los populares asegura que no han mantenido reuniones ni conversaciones y que no hay "ningún acuerdo", aunque no descarta esa vía. "Tenemos que dar una solución a esto de una forma u otra", sostiene.

El portavoz del PSOE, Manuel Vázquez Faraldo, ve "ridícula" la postura del alcalde ya que, sostiene, "se metió en ese berenjenal porque quiso y si se quería haber ido, hoy [por ayer] tuvo una oportunidad excelente", asegura en relación al debate plenario de los proyectos para los planes provinciales, que aprobaron PP y PSOE. Vázquez Faraldo sostiene que "quien está llevando las riendas del Ayuntamiento es la oposición" y que "el alcalde no tiene proyecto". "Tenemos un preacuerdo con el PP y entendemos que eso va a ir adelante. Evidentemente no podemos dar nada por seguro porque no hay nada firmado, pero confío en la palabra dada. La salida natural ahora mismo es la que estaba más o menos encauzada. Esperemos que se formalice y, en cuanto se formalice, tiraremos para adelante", apunta el socialista.

El portavoz del PSOE sostiene que "la situación es ahora aún más delicada que hace seis meses", cuando el alcalde comenzó a gobernar solo tras no llegar a acuerdo con el PP, que le apoyó en la investidura. "El ultimátum llega tarde y él no es nadie para dar un ultimátum. Esto es un esperpento", sostiene.

En el caso de que entre los grupos no se articule un pacto para un gobierno en mayoría, el alcalde asegura que pondrá su cargo a disposición del pleno y dejará paso hacia el Gobierno a la lista más votada, que es la socialista. El PSOE de Miño ya había solicitado en anteriores ocasiones al alcalde que dimitiese tras no lograr pactar con ningún grupo. "Está visto que él no es la solución para el futuro del pueblo", defiende Vázquez Faraldo.

En su carta abierta a los vecinos, el alcalde defiende que durante su medio año en el Gobierno ha demostrado que "es posible otra forma de hacer política". Presume de haber impulsado "una política fuerte en transparencia y participación ciudadana, así como en servicios sociales y protección medioambiental, principio de solución para el pago a los expropiados de Fadesa, revisión de irregularidades en algunos contratos de servicios, reestructuración de los servicios de Protección Civil y disponer de un primer borrador de RPT que no hace otra cosa que ejecutar también una vieja sentencia judicial, tal y como en el caso Fadesa". Defiende la política de consenso y no la de "rodillo" y abre la puerta a un acuerdo que obedezca al 'sagrado mandato' de constituir una mayoría de Gobierno.