El Instituto Nacional de Estadística (INE) confirma un año más la pérdida de población de la comarca de Betanzos. Los datos del 1 de enero de este año confirman el declive del área, con una de las tasas de envejecimiento más altas de Galicia. Solo Coirós y Miño han conseguido engordar su padrón en 2015, aunque levemente. El municipio miñés ha ganado 21 habitantes y el de Coirós, 10.

El incremento, aunque escaso, es llamativo en una comarca lastrada por una merma constante de población. La ciudad de Betanzos ha perdido en el último año, según los datos del INE, 150 habitantes, de los 13.352 de 2014 a 13.202. Otros ayuntamientos, como el de Aranga, pese a bajar solo ligeramente han traspasado este año el umbral de los 2.000 habitantes. La pérdida de 36 le hace caer hasta los 1.997.

La fusión de Oza y Cesuras tampoco parece dar los frutos anunciados. El flamante municipio pierde un año más población. Un descenso poco acusado, de 5.275 a 5.253 empadronados, pero que preocupa, y mucho al Concello. Y es que la alianza perseguía justamente lo contrario, conseguir ganar y fijar población en este pueblo rural que presume de buenas comunicaciones y que no ha logrado el revulsivo económico que vaticinaba la unión de escudos. El alcalde, Pablo González Cacheiro, mantuvo el pasado jueves que el objetivo prioritario del presupuesto de 2016 será fijar población con la construcción de un parque de vivienda pública.

Solo dos concellos de la comarca betanceira disponen de ordenanzas dirigidas al fomento de la natalidad, Aranga e Irixoa. Ambos concellos han regulado la concesión de una aportación económica por nacimiento. Coirós, sin normativa, convoca todos los años una convocatoria de subvenciones dirigidas a ese fin.

Los concellos intentan fijar población con programas de conciliación, dinamización comercial y talleres de empleo. Todos coinciden en la necesidad de apoyar el sector primario, un reto en el que se ha implicado especialmente la reserva de la biosfera. Los alcaldes inciden desde hace años en que para fijar población es imprescindible que los concellos del rural dispongan de buenos servicios, sobre todo en el ámbito de educación, servicios sociales y sanidad.