El antiguo sanatorio de Cesuras (ahora Oza-Cesuras) diseñado por Rafael González Villar se ha convertido en un habitual de la lista roja del patrimonio que elabora el colectivo Hispana Nostra.

Años y años de posados políticos y compromisos incumplidos no han restado ni un ápice de ruina a este edificio que la Guerra Civil dejó a medio construir y que solo conserva en pie la fachada y parte de las divisiones interiores. Son incontables las promesas de rehabilitación. Y también los usos barajados para este inmueble, desde centro de día y residencia a escuela de restauración.

La Administración sigue sin ofrecer una solución a este bien patrimonial que el ya extinto Concello de Cesuras consideraba su "emblema". Este antiguo sanatorio cada vez atrae menos visitas y arranca menos piropos. Los trabajos de tala del bosque de O Paraxón ejecutados durante los últimos días han hecho todavía más visible y punzante la ruina.