La Oficina de Turismo de Sada ha recibido durante los últimos meses "constantes" quejas por las dificultades para acceder al pazo de Meirás, declarado Bien de Interés Cultural en 2011 y que, como denunciaba ayer el Concello, cada vez abre menos sus puertas al público, pese a que la ley obliga a que pueda ser visitado, como mínimo, cuatro días al mes.

El concejal de Turismo, Xosé Lois Suárez Becerra (BNG), criticó ayer que numerosos visitantes le han dado traslado de su malestar por no poder realizar el itinerario que habían solicitado o por la imposibilidad de realizar la visita o reservar fecha.

"Los vecinos de Sada ya han mostrado paciencia de sobra con esta cuestión", advierte el edil, que denuncia que las reticencias de los herederos del dictador Francisco Franco a abrir las puertas del pazo no solo vulneran la ley sino que "daña profundamente a Sada". El concejal pidió sin éxito a la Xunta que permitiese al Concello gestionar directamente las visitas, una labor que actualmente desarrolla una empresa contratada por los Franco. "Lo que iba a ser un foco de atracción que revertiría beneficiosamente en Sada no se está pudiendo explotar debido al incumplimiento manifiesto y reiterado de la declaración de Bien de Interés Cultural", lamenta Becerra.

El Concello ha enviado un escrito a la Xunta para exigir que tome medidas inmediatas y abra un expediente para depurar responsabilidades por el incumplimiento de la ley de patrimonio. "Que dejen de insultar la inteligencia de los sadenses y cumplan punto por punto la declaración de Bien de Interés Cultural", reclama el concejal de Turismo, que deja claro que no cejará en su reivindicación hasta que Las Torres abran al público los días que marca la normativa. El Ejecutivo municipal ha reclamado nuevamente a la Xunta que le permita gestionar directamente las visitas, que considera "el mejor modo de solucionar la solución dadas las circunstancias".

Los tres grupos del Ejecutivo, Sadamaioría, PSOE y BNG, comparten la reivindicación y prevén modificar el plan general para conseguir su objetivo final, que el pazo de Meirás "vuelva a ser de la ciudadanía" con su calificación como espacio público.