La Iglesia de Santa María de Mezonzo -Bien de Interés Cultural- o los templos de San Salvador y San Pedro constituyen el patrimonio más conocido de Vilasantar. Otros bienes pasan más desapercibidos, especialmente los parajes naturales o los más de veinte hórreos protegidos que salpican los caminos.

El nuevo plan general cataloga por su valor ambiental: la carballeira de San Martiño, la arboleda de la iglesia de Armental, el castaño de la capilla de Vilasantar e, incluso, un antiguo camino de piedras del río de As Gándaras conocido entre los vecinos como Pasos da Vella (protegido a petición del BNG).

Este pueblo de la comarca de Betanzos esconde también un importante patrimonio arqueológico, aunque prácticamente oculto y, en algunos casos, alterado por la maquinaria pesada. En concreto, ocho mámoas, 17 castros y restos de una vía y de una necrópolis romana. Cinco pazos, antiguas casas labriegas, una vieja escuela reconvertida en local social, lavaderos y palomares son otros de los elementos patrimoniales de un catálogo que espera todavía su aprobación definitiva.